Marisol
Ceh Moo es una escritora y profesora mexicana nacida en Calotmul, estado de
Yucatán, México. Estudió la licenciatura en educación en la Universidad
Autónoma de Yucatán (UADY) y derecho en la Universidad Aliat, además tiene
estudios en educación intercultural bilingüe y formación de traductores e intérpretes
mayas. Fue su preparación en el área de las letras la que le dio su ruta fija,
ya que destaca por ser la primera mujer novelista en lengua maya, si bien, tenemos
muchas aportaciones de los grupos mayenses en torno a la poesía, ella
desarrolla su trabajo literario en la prosa, con la novela Sólo por ser
mujer publicada en 2014 recibe el Premio Nezahualcóyotl de Literatura en
Lenguas Mexicanas.
Su
trabajo rompe toda continuidad con la literatura en lenguas originarias que conocíamos,
aunque se le conoce más por ser narradora, cuentista y novelista, también ha
incursionado en la poesía y el ensayo, además realiza una labor como profesora
en los talleres de creación literaria y es parte del consejo editorial de la
revista Iguana Azul.
Autora multipremiada recibe
el premio nacional de cuento en lengua maya “Alfredo Barrera Vásquez”, otorgado
por la Universidad Autónoma de Yucatán en los años 2007 y 2010. Otras de sus
obras son: Teya, un corazón de mujer (2009), El llamado de los
tunk’ules (2011), para 2019 le fue entregado el premio de literaturas indígenas
de América (PLIA) y ese mismo año entra como Miembro del Sistema Nacional de
Creadores de Arte SNCA (SC-FONCA).
Su presencia en la literatura escrita por
mujeres es una muestra de la realidad actual nada romantizada de los grupos indígenas,
sus temas abordan la situación social, la frecuente lucha por sobrevivir, los
malos tratos, los pagos miserables, las luchas indígenas y la situación de la
mujer.
La novela que le trajo mayor reconocimiento
Todo por ser mujer, narra la historia de Honorina, menor de edad que es
comprada a su padre, pero no estamos hablando de que eso ocurrió hace algunos
siglos, no, el hombre fue a una comunidad en donde la pobreza y la ignorancia
son la formula perfecta para incurrir en actos que violan los derechos humanos,
y claro que lo consigue, arrogante el personaje dice:” Compre una mujer en
Chamula. Cuatrocientos pesos me costó, pero bien que vale la pena. Tiernita la niña,
apenas tiene catorce.”[1] Lo que resultó por esa transacción
no pudo mejorar, la escritora presenta en la novela las estampas del
indigenismo menos promocionadas por el estado y en su prosa nos deja saber
sobre su personaje: “La violencia física y psicológica a la que fue sometida
era de una saña inaudita. La fragilidad de la mujer la hizo doblarse desde el
principio, desde que abandonó lo que fue su hogar. No pudo levantar la mirada.”[2]
Es
el retrato de la mujer que asume una realidad de la que no puede escapar, se
resigna y no puede verse fuera de ella. Conforme avanza la novela se sabe
porque fue vendida y deja en claro la relación que lleva con su comprador: “Cuando
el olvido del hecho quedó sepultado por la cotidianidad de la vida; nuevamente
el drama, <un hombre no cambia, lo único que hace es darle brillo a sus
defectos >”[3]
Otra de sus publicaciones es el libro llamado
Pasos perdidos, el cual nos ofrece seis historias de un realismo desbordado,
sus cuentos, con nombres tan familiares como: “La ofrenda”, “El cuentero” “La
viuda” presentan un desenlace que te cambia el contexto que conocias sobre los
mayas, la mirada hacia su propia cultura describe el actuar en torno a las
prácticas del grupo y su inquebrantable vínculo con la naturaleza, su historia surge
de ella, su mitología alude a esa inseparable unión, sólo así se vive y se
respira en maya y Marisol Ceh Moo lo sabe de nacimiento, junto con su talento
para escribir nos lleva de la mano a ver la realidad de su etnia, la que ahora
en el siglo XXI viven.
Todo lo representado en su trabajo lo tuvo
que aprender luego de caídas y tropiezos porque al vivir en una lugar como
Yucatán, con tanto extranjero por todos lados, con una afluencia de visitantes,
inversores, mestizos, la presencia de los mayas suele verse disminuida, el
prejuicio ante su cultura ha sido evidente, la autora cuenta: “mi padre decía
que debíamos dejar de ser indios”[4] a lo cual ella asume en un
principio, se escondió detrás del nombre
Soledad Castro, pero su experiencia de vida la libro de la apariencia todo lo vivió
para renacer como Sol Ceh Moo la hizo más persistente, la escritora orgullosa
de sus raíces nos presenta el fruto de su trabajo.
Actualmente es profesora y activista
social en favor de los derechos de la mujer, en una entrevista para el L.A Times
comento: “ser mujer es un pecado y nacer en una comunidad indígena significa
que te cataloguen y condenen a ser pobre, te predestinan a ser madre, a cuidar
a tus hijos y atender al marido, ahí están las dificultades”[5] su palabra se oye fuerte, se
une a las muchas voces que buscan un respeto real a los pueblos originarios y a
las mujeres, así es como la autora continua su camino creativo, poniendo frente
a nosotros lo que la historia no cuenta, lo que el turismo no sabe, replanteando
la realidad sobre su etnia y las consecuencias de la sobre explotación de la
región donde su cultura floreció y nos dio como herencia las bellezas
arqueológicas que son motivo de orgullo, olvidándose de los descendientes de
esos constructores y artistas.
[1] Marisol Ceh Moo, Todo por ser
mujer, p. 183.
[2] Ibídem.
[3] Ibíd., p. 193
[4] Marín, Julia, “Sol
Ceh Moo, la escritora maya que desmitifica estereotipos y narrativas sobre los
pueblos indígenas” Revista Vagabunda, julio 16, 2020. https://www.vagabunda.mx/sol-ceh-moo-la-escritora-maya-que-desmitifica-estereotipos-y-narrativas-sobre-los-pueblos-indigenas-1/
[5] Peraza, M. (s/f). “Las tres vidas de Sol Ceh Moo”, en Tierra Adentro.