lunes, 30 de diciembre de 2024

Janet Frame


Janet Paterson Frame Clutha es una escritora neozelandesa nacida un 28 de agosto de 1924, escribió novela, poesía, cuento y narrativa infantil, su presencia llegó al mundo de las letras cuando lo inverosímil de su historia y las circunstancias de vida la acercaron al reconocimiento mundial del que ahora goza, sin embargo, sus inicios no fueron nada sencillos, su habilidad narrativa fue la luz que la libró de la locura, su obra muestra una lucidez que no viene de alguien con un padecimiento mental. Vivió una serie de acontecimientos complicados, una infancia con pobreza, su hermano con epilepsia, y posteriormente la muerte de dos de sus hermanas, ambas por ahogamiento, con una diferencia de diez años, todo esto en un país de reglas muy conservadoras para las mujeres forman  el contexto que hizo de Janet Frame una escritora sobresaliente, ella desarrolla una personalidad introvertida y tímida, pero su tenacidad y pasión la hacen destacar, su brillante desempeño en la escuela le otorga una beca para estudiar educación en la facultad de Dunedin, pero al paso de los meses descubre que desea escribir, cambio que suena inaceptable en una sociedad que, en esa época, designaba a la mujer para ciertos trabajos, sin embargo, ella escribe cada vez que le es posible y así es como publica su primer libro.[1]

     En la etapa universitaria comienza a sentir más ansiedad de lo que había tolerado años atrás, tiene un intento de suicidio, sufre de acoso por su métodos poco ortodoxos de enseñar y mientras hacia su servicio social en una escuela, un inspector entra a su clase, el mismo que la juzga de loca por ser tan creativa, ella se queda en shock, la presencia de aquel hombre es el detonante para que abandone el salón y con ello la formación docente, sin intención de volver a su casa se fue como interna voluntaria a la sala psiquiátrica del hospital local a Seacliff Lunatic Asylum en la ciudad de Dunedin. Durante los siguientes ocho años, Frame fue readmitida, en hospitales psiquiátricos, el segundo fue Sunnyside Hospital, donde se le diagnostica con esquizofrenia, su tratamiento consiste en una terapia electroconvulsiva o electroshock y el suministro de insulina, también le fue programada una lobotomía, todo con el fin de curarla.

La lobotomía no llegó a practicarse, ese día en el que estaba programada la operación se informó que Janet Frame era la ganadora del premio Hubert Church Memorial por su primer libro de cuentos publicado The Lagoon and Other Stories. Así se detuvo la operación, sólo sus publicaciones, y luego sus reconocimientos mostraron que su raciocinio estaba más allá de todo talento sometido a juicio.

     A pesar de la vida complicada nos dejó un trabajo maravilloso sobre la metaficción, es decir, la forma como el escritor se personifica dentro de su trama de ficción narrativa, ella lo hizo de forma constante, por ejemplo, sus libros autobiográficos: To the Is-Land; Rostros en el agua y Cuando canta el búho, las tres obras son representadas en la película An angel at my table de la cineasta neozelandesa Jane Campion.

      Acercarnos a su literatura también nos permite entender la forma como la escritora logra reinterpretar su propia historia, verla desde fuera de sí y plantear como se ve desde ahí, un ejemplo está presente en Rostros en el agua, donde hace una analogía sobre la lobotomía que se le pretendía hacer, comparándola con un proceso de colonización, sobre todo después de que se comprobó que el diagnóstico fue erróneo, nunca tuvo esquizofrenia.

    Una vez que sale del hospital vivió siete años en Europa, principalmente Londres, Ibiza y Andorra, se cambió el nombre a Nene Janet Paterson Clutha para honrar al jefe maorí Tamati Waka Nene. La autora reconoce que “la escritura la rescató” y le permitió ser testigo de la rudeza del entorno en el cual se refugió y lo describe, presenta personajes inhumanos, resecos, atados a la forma de vida que conocen sin cuestionarse jamás que hay fuera de las mismas ideas, con las cuales no se busca sanar, se trabaja para controlar y minimizar los daños en torno a la salud mental que pocas veces es comprendida, al respecto Janet Frame escribe: “¿Cómo vamos a encontrar el camino cuando dormimos y soñamos, y como vamos a protegernos de la peligrosa realidad que nos ofrecen?[2]

    Una vez que libró las dificultades su trabajo habló por ella, a lo largo de su vida le fueron entregados innumerables premios y reconocimientos, en 1983 la reina Isabel la nombra comandanta de la Orden del Imperio Británico por sus servicios a la literatura, en 1990 se convierte en miembro de la Orden de Nueva Zelanda, el más alto honor en su país, así como miembro extranjero en la Academia Estadounidense de Artes y Letras. Su trabajo y su vida son objeto de estudios y tesis profesionales, seguro un motivo es que pese a su espinoso camino logró emanciparse del juicio de una sociedad jerárquica de mediados de siglo XX, y revertir la visión que se tuvo de ella al lograr visibilidad por su propuesta acerca de lo marginal y olvidado como parte primordial de su auto reconocimiento, sin romantizar la enfermedad mental. La crítica académica se acerca a ella desde diversos enfoques, el materialismo histórico, el realismo social, hasta en contextos feministas, ella sólo necesitaba escribir, y a través de las palabras ser conocida. La escritora fallece en enero de 2004, en Dunedin, Nueva Zelanda, la ciudad que la condecoró como una de los integrantes más destacados de la comunidad.






[1]Desde Nueva Zelanda: Janet Frame, genio literario y locura”, Eve Gil, La Jornada Semanal, 25 oct 2020, https://semanal.jornada.com.mx/2020/10/25/desde-nueva-zelanda-janet-frame-genio-literario-y-locura-6873.html

[2] Janet Frame, Rostros en el agua, Andorra, Trotalibros Editorial, 2022, p. 94.



domingo, 24 de noviembre de 2024

Adania Shibli

 



Escritora, profesora y periodista palestina que nace en el año 1974 en una aldea llamada Shibli-Umm al-Ghanam, en la frontera con Israel. Su formación profesional inicia en la Universidad Hebrea de Israel donde estudia comunicación y periodismo, posteriormente hace su doctorado en la Universidad del Este de Londres en estudios culturales y de medios, posteriormente obtiene una beca para el postdoctorado en Wissenschafskolleg de Berlín, ahora ejerce su trabajo como docente en la Universidad Birzeit de Palestina.

     Ha publicado en diversas revistas literarias de Europa y Oriente Medio, su libro de ensayos A journey of Ideas Across: In dialogue with Edward Said aborda las ideas planteadas en el libro Orientalismo, de Said, con esa publicación realiza un simposio en 2013 en la “Casa de las culturas del Mundo”, en Berlín.

      En cuanto a su obra literaria la escribe en árabe, su lengua natal porque menciona, “el idioma va en paralelo a la vida”[1], su primera novela Un toque obtuvo el premio novela joven en 2001; dos años después publica su segunda novela Todos estamos más o menos igual de lejos del amor y también es reconocida con un premio en 2003. Poco a poco su fama y reconocimiento ha ido creciendo y abriéndose paso a nivel internacional logrando traducciones de su obra.

     En 2010 forma parte de la generación Beirut 39, proyecto organizado por el “Hay Festival” realizado en la capital de Líbano en el marco de la promulgación de Beirut como “Capital del libro” en dicho evento se difundió el trabajo de 39 escritores jóvenes, entre ellos Adania Shibli, haciendo de ese evento un semillero de escritores palestinos que, pese a la situación de colonialismo que viven por parte de Israel, mantienen su deseo de hacer arte, ya que, como dice la escritora: “Hay algo que la lengua y la literatura pueden ofrecer y compartir, algo que la vida misma es incapaz de hacer”[2]

    En el año 2016 publica su novela Un detalle menor, y en el 2019 se traduce al español, rápidamente la novela fue reconocida, primero preseleccionada para los premios nacionales del libro en 2020 e incluida en la lista internacional Booker prime en 2021.

     En el año 2023 su novela Un detalle menor fue seleccionado para recibir el premio LiBeraturpreis que otorga la organización alemana Litprom, la ceremonia de entrega sería en la feria de Frankfurt, anunciada para el 20 de octubre de ese año, pero unos días antes fue cancelada la entrega debido a la protesta de periodistas alemanes que clasificaron la novela de “antisemita”, seguramente motivado por el inicio del conflicto bélico entre Israel y Palestina iniciado el 7 de octubre de ese mismo año. Por supuesto que las protestas no se hicieron esperar, intelectuales de diversos países criticaron la decisión y fue publicada una carta abierta en la página https://arablit.org/  donde trecientos cincuenta escritores, editores y editoriales expresan su desacuerdo con la organización sin fines de lucro Litprom.

    Pero, ¿Qué es lo que plantea la novela que causó molestia en la comunidad judía? La obra desarrolla dos sucesos, el primero es contado por un narrador omnisciente  y aborda un hecho acontecido en los asentamientos militares del desierto del Néguev en 1949, un año después de la guerra árabe-israelí, el cual sucedió cuando un grupo de militares encuentran a una joven palestina y es torturada y violada por días antes de ser asesinada; el segundo acontecimiento se ubica por los años noventa, ya contado en primera persona por una joven periodista que se encuentra la historia de esa chica y busca la manera de sacarla a la luz, este es el planteamiento en general, suficiente para aclarar que el hecho de no entregarle el premio que merecía no fue porque su novela mostrara antisemitismo, sino por exponer el cruel comportamiento de quienes algunas vez fueron maltratados por diversos gobiernos a lo largo de la historia, pero que hoy día asumen el papel de verdugos de los pueblos árabes asentados en la región que comparten. La falta de humanidad elimina toda consideración hacia los judíos que cegados atacan sin consideración. Ante ello Adania Shibli menciona: “Escribo para no caer en ese estereotipo que los israelíes nos dan al calificarnos de animales salvajes y violentos.”[3]  

     La exposición de la violencia en la obra de Adania Shibli sólo es una muestra de lo que ocurre en esa zona, las voces de sus protagonistas anónimas proyectan el día a día del doloroso apartheid vivido y permitido por todos los países y organizaciones que podrían parar el azote, pero que prefieren ignorar los hechos, aludiendo diferencias por temas religiosos. No podrían estar más lejos de la verdad y la justicia, y sin importar el dolor ajeno se perpetúa el sometimiento y segregación que los niños, mujeres y demás población vive. Adania Shibli expresa en una charla: “La belleza de la literatura es intentar ponerse en el lugar del otro y representarlo”[4]

     La escritora divide su tiempo entre Alemania y Palestina, lleva su idioma y su tierra a donde quiera que va, aunque sea constante el intento por borrar a los palestinos del espacio que por derecho también es de ellos. La lucha por su lengua es también la disputa por defender su identidad, su manera de narrar y retratar con palabras el contexto de cientos de personas, pero también es una constancia de que ante el genocidio la literatura se presenta como experiencia lingüística opuesta a la narrativa que describe la violencia, la escritura es representar el lenguaje vivo y estremecer con aquello que sucede en la cotidianidad de un pueblo en donde las mujeres son botín de guerra.







[1] Encuentro con Adania Shibli en la “Feria del Libro de Madrid”, 2024. https://www.youtube.com/watch?v=DzNJl4wXBnA

[2] “Universalismo y narración. Una conversación con Adania Shibli” 2022.

https://www.youtube.com/watch?v=xzZs_q5l2Ec&t=940s

[3] Encuentro con Adania Shibli en la “Feria del Libro de Madrid”, 2024. https://www.youtube.com/watch?v=DzNJl4wXBnA

[4] Encuentro con Adania Shibli en la “Feria del Libro de Madrid”, 2024. https://www.youtube.com/watch?v=DzNJl4wXBnA


jueves, 31 de octubre de 2024

Nawal el Saadawi

 




Escritora y doctora egipcia que nace en 1931 en el pueblo de Kafr Tahla, situado en el delta del río Nilo, en una familia acomodada, su papá un funcionario público, su mamá proveniente de una familia de amplios recursos, con la religión islámica en común y como parte de sus tradiciones religiosas ella sufre ablación genital a los seis años de edad, lo cual va a marcar su vida de forma persistente, se vuelve un tema que atiende e investiga, sobre esa práctica dijo que es una mutilación física, mental espiritual y psicológica[1], entonces se convierte en activista y es una de las más importantes y radicales feministas del mundo árabe; ganó el Internacional Inana de Bélgica en 2005 y el de la Paz Sean McBride de la Oficina Internacional de la Paz en Suiza en 2012, además de ser constante candidata al premio nobel de literatura.

     Sus padres deciden darle estudios a todos sus hijos, así que ella estudia medicina en la Universidad de El Cairo, con especialidad en psiquiatría, cuando termina sus estudios comenzó a trabajar en el pueblo, se integró al ministerio de salud, donde logró ver de cerca la situación tan desigual que vive las mujeres en el ámbito rural, y pronto se entera de la violencia, la prostitución, la violación, y la constante mutilación genital, cuyos motivos de dicha práctica van desde la aceptación social, la higiene, una forma de conservar la virginidad, hasta que sea más fácil casar a la mujer y también aumentar el placer sexual masculino pero limitar el de la mujer porque sino se vuelve libertina, la escritora denuncia todos los maltratos que se ejercen en contra de la mujer, es tal su grado de empatía que al proteger a una paciente se mete en problemas y el ministerio de salud la traslada a El Cairo donde logra ser directora de Salud Pública, sin embargo, es despedida debido a su actividad política, perdiendo también su participación en el diario de salud y de la secretaria general adjunta de la Asociación Médica de Egipto. Ella continuo su compromiso con la situación de la mujer y realizó un trabajo de investigación sobre la neurosis en la mujer, junto con la Universidad Ain Shams, también trabajó como asesora de las Naciones Unidas para el Programa de la Mujer en África (CEP).

      Por todo lo anterior es pionera en levantar la voz en sus escritos como protesta sobre lo que le ocurre a la mujer, su actividad la lleva un tiempo a la cárcel durante 1981, debido al cambio de gobierno es perdonada por el nuevo presidente y continua su trabajo literario, en su libro Memorias de la cárcel de mujeres nos cuenta cómo fue detenida en su casa a punta de rifle, sin ley que la respalde, la forma violenta en la cual la detuvieron, tirando su puerta y allanando su espacio sin orden oficial, como si fuese una peligrosa delincuente, cuando su único crimen fue usar la palabra para denunciar todo lo injusto que observa, otro crimen fue romper con el silencio que tolera una sociedad en torno al maltrato como forma normal de relacionarse con la mujer.

     Su actividad política y opositora al régimen no paró, su acción, aunque inofensiva fue mal vista por el régimen, el cual vio como un delito la fundación AWSA (Asociación Solidaria de Mujeres Árabes), además, mostró su oposición a los acuerdos de paz de Camp- David, efectuados entre Egipto e Israel. Unos años más tarde aparece en una lista de personas que deben morir, según el islamismo extremo, así que en 1993 se exilia en EU donde trabaja como profesora en algunas universidades, por ejemplo, Duke University. No pasa mucho tiempo sin que su propósito de vida le haga volver a su país, así ocurre en 1996, donde ya instalada continuó protestando desde su trabajo literario. Otro acto transgresor fue denunciar en varios libros la represión, muerte y brutalidad que causa la ablación genital, lo denunció en el libro Mujeres y sexo, el primero de una serie en los que cuenta las consecuencias, las muertes por mala práctica. El libro fue publicado en 1972 en Beirut, ya que se prohibió en Egipto y a pesar de ello se convirtió en una obra de referencia para el feminismo árabe.

     Una de las causas por las cuales ella toma la escritura como altavoz es para compartir la historia de una mujer condenada a muerte, llevó a un libro llamado Mujer en punto cero, la historia de vida de Firdaus, una joven egipcia que desde temprana edad comienza a ser victima de abuso sexual por parte del tío, y nos presenta las practicas que suelen ser comunes en esta sociedad donde la mujer es moneda de cambio, medio para llegar a otro status social, organismo vivo con el cual se coge sin pagar y sin adquirir ninguna responsabilidad emocional, medio para obtener dinero a través de la explotación sexual, menos un ser digno de respeto, la escritora relata como el poder estudiar más allá de un nivel secundaria o preparatoria sólo era posible para algunas mujeres de familia adinerada, para Firdaus la vida giró en torno al sexo, las mentiras, la hipocresía y la opresión, las tradiciones en torno a la mujer fueron llevándola hacia territorios abusivos que pronto transformaron su inocencia en una furia desgarradora que expresaba liberada: “¿Cuántos años de mi vida transcurrieron antes de que mi cuerpo y mi persona llegaran a ser realmente míos, para disponer de ellos a mi gusto?”[2]

     En esta novela corta Firdaus va de: “una soñadora embaucada”[3] con un título de secundaria al casamiento arreglado por el tío con un anciano que pronto la violenta y castiga sin saber que de esa forma la prepara para querer huir lejos, rumbo a otras bajezas, la violencia continua y en un punto de su relato concluye: “Ninguna mujer puede vivir sin marido y protección; de lo contrario, se acabarían las profesiones de marido y proxeneta”[4] esa realidad la lleva por experiencias humillantes, su vida va en picada hasta la condena, sobre lo cual dice: “No me condenaron a muerte por haber matado a un hombre-miles de personas mueren asesinadas a diario-, sino porque temían que siguiera viva”[5] sin duda, porque Firdaus es la representación de la rebeldía femenina, y en la sociedad egipcia debe ser castigada de acuerdo a los preceptos de la religión, así que es ejecutada en 1974, convencida de ello, seria lo mejor que podría pasarle porque ya había vivido lo suficiente como para no querer más dolor.

   Por todos estos motivos se volvió enemiga del estado, en esa sociedad los temas sobre sexualidad no deben ser tratados abiertamente, ella transgredió esa norma hasta el último de sus libros y no se detuvo a lo largo de su vida. México le dio el doctorado honoris causa de la Universidad Nacional Autónoma de México en el año de 2010. Nawal el Saadawi falleció a los 89 años en El Cairo, como informó el diario Al Masry al Youm, en el que colaboraba. Nos deja un legado digno de aprovechar, esa manera directa de abordar la realidad femenina, sin considerar imposiciones correctivas en Egipto, país que mantiene la ablación femenina hasta hoy día.






[1] Rosas, Paula, “Nawal el Saadawi, la doctora y escritora egipcia que decía ser ‘más libre que Simone de Beauvoir’ y escribió su biografía en rollos de papel higiénico en la cárcel”, BBC News Mundo, 13 abril 2024.  

https://www.bbc.com/mundo/articles/cd10z479evno

[2] Nawal el Saadawi, Mujer en punto cero, Tritivillus, epub, 2017., p.  1099

[3] Ibid., p. 1381

[4] Ibid., p.,1471

[5] Ibid., p. 1609.


martes, 24 de septiembre de 2024

Marisol Ceh Moo

Marisol Ceh Moo es una escritora y profesora mexicana nacida en Calotmul, estado de Yucatán, México. Estudió la licenciatura en educación en la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY) y derecho en la Universidad Aliat, además tiene estudios en educación intercultural bilingüe y formación de traductores e intérpretes mayas. Fue su preparación en el área de las letras la que le dio su ruta fija, ya que destaca por ser la primera mujer novelista en lengua maya, si bien, tenemos muchas aportaciones de los grupos mayenses en torno a la poesía, ella desarrolla su trabajo literario en la prosa, con la novela Sólo por ser mujer publicada en 2014 recibe el Premio Nezahualcóyotl de Literatura en Lenguas Mexicanas.

      Su trabajo rompe toda continuidad con la literatura en lenguas originarias que conocíamos, aunque se le conoce más por ser narradora, cuentista y novelista, también ha incursionado en la poesía y el ensayo, además realiza una labor como profesora en los talleres de creación literaria y es parte del consejo editorial de la revista Iguana Azul.

     Autora multipremiada recibe el premio nacional de cuento en lengua maya “Alfredo Barrera Vásquez”, otorgado por la Universidad Autónoma de Yucatán en los años 2007 y 2010. Otras de sus obras son: Teya, un corazón de mujer (2009), El llamado de los tunk’ules (2011), para 2019 le fue entregado el premio de literaturas indígenas de América (PLIA) y ese mismo año entra como Miembro del Sistema Nacional de Creadores de Arte SNCA (SC-FONCA).

     Su presencia en la literatura escrita por mujeres es una muestra de la realidad actual nada romantizada de los grupos indígenas, sus temas abordan la situación social, la frecuente lucha por sobrevivir, los malos tratos, los pagos miserables, las luchas indígenas y la situación de la mujer.

     La novela que le trajo mayor reconocimiento Todo por ser mujer, narra la historia de Honorina, menor de edad que es comprada a su padre, pero no estamos hablando de que eso ocurrió hace algunos siglos, no, el hombre fue a una comunidad en donde la pobreza y la ignorancia son la formula perfecta para incurrir en actos que violan los derechos humanos, y claro que lo consigue, arrogante el personaje dice:” Compre una mujer en Chamula. Cuatrocientos pesos me costó, pero bien que vale la pena. Tiernita la niña, apenas tiene catorce.”[1] Lo que resultó por esa transacción no pudo mejorar, la escritora presenta en la novela las estampas del indigenismo menos promocionadas por el estado y en su prosa nos deja saber sobre su personaje: “La violencia física y psicológica a la que fue sometida era de una saña inaudita. La fragilidad de la mujer la hizo doblarse desde el principio, desde que abandonó lo que fue su hogar. No pudo levantar la mirada.”[2]

     Es el retrato de la mujer que asume una realidad de la que no puede escapar, se resigna y no puede verse fuera de ella. Conforme avanza la novela se sabe porque fue vendida y deja en claro la relación que lleva con su comprador: “Cuando el olvido del hecho quedó sepultado por la cotidianidad de la vida; nuevamente el drama, <un hombre no cambia, lo único que hace es darle brillo a sus defectos >”[3]

   Otra de sus publicaciones es el libro llamado Pasos perdidos, el cual nos ofrece seis historias de un realismo desbordado, sus cuentos, con nombres tan familiares como: “La ofrenda”, “El cuentero” “La viuda” presentan un desenlace que te cambia el contexto que conocias sobre los mayas, la mirada hacia su propia cultura describe el actuar en torno a las prácticas del grupo y su inquebrantable vínculo con la naturaleza, su historia surge de ella, su mitología alude a esa inseparable unión, sólo así se vive y se respira en maya y Marisol Ceh Moo lo sabe de nacimiento, junto con su talento para escribir nos lleva de la mano a ver la realidad de su etnia, la que ahora en el siglo XXI viven.

     Todo lo representado en su trabajo lo tuvo que aprender luego de caídas y tropiezos porque al vivir en una lugar como Yucatán, con tanto extranjero por todos lados, con una afluencia de visitantes, inversores, mestizos, la presencia de los mayas suele verse disminuida, el prejuicio ante su cultura ha sido evidente, la autora cuenta: “mi padre decía que debíamos dejar de ser indios”[4] a lo cual ella asume en un principio,  se escondió detrás del nombre Soledad Castro, pero su experiencia de vida la libro de la apariencia todo lo vivió para renacer como Sol Ceh Moo la hizo más persistente, la escritora orgullosa de sus raíces nos presenta el fruto de su trabajo.

     Actualmente es profesora y activista social en favor de los derechos de la mujer, en una entrevista para el L.A Times comento: “ser mujer es un pecado y nacer en una comunidad indígena significa que te cataloguen y condenen a ser pobre, te predestinan a ser madre, a cuidar a tus hijos y atender al marido, ahí están las dificultades”[5] su palabra se oye fuerte, se une a las muchas voces que buscan un respeto real a los pueblos originarios y a las mujeres, así es como la autora continua su camino creativo, poniendo frente a nosotros lo que la historia no cuenta, lo que el turismo no sabe, replanteando la realidad sobre su etnia y las consecuencias de la sobre explotación de la región donde su cultura floreció y nos dio como herencia las bellezas arqueológicas que son motivo de orgullo, olvidándose de los descendientes de esos constructores y artistas.




[1] Marisol Ceh Moo, Todo por ser mujer, p. 183.

[2] Ibídem.

[3] Ibíd., p. 193

[4]   Marín, Julia, “Sol Ceh Moo, la escritora maya que desmitifica estereotipos y narrativas sobre los pueblos indígenas” Revista Vagabunda, julio 16, 2020.   https://www.vagabunda.mx/sol-ceh-moo-la-escritora-maya-que-desmitifica-estereotipos-y-narrativas-sobre-los-pueblos-indigenas-1/

[5] Peraza, M. (s/f). “Las tres vidas de Sol Ceh Moo”, en Tierra Adentro. 


domingo, 25 de agosto de 2024

Christa Wolf


Nace en Landsberg, Alemania en 1929, sus obras gozan de gran prestigio y ha sido reconocida con numerosos premios. Hemos escuchado la duda sincera ¿De dónde toma sus referencias alguien que escribe? Por lo regular centra su interés en lo que pasa en torno a su realidad, su identidad y su historia de vida. Ella forma parte de la segunda generación de escritores pertenecientes a la RDA, es sobreviviente de dos dictaduras continuas, se instala con sus padres en la Alemania Oriental en donde estudia lengua y literatura alemana en la Universidad de Jena y Leipzig. Siempre mantuvo un evidente compromiso político, reflejado en su obra. Escribió novela, cuento ensayo, guion cinematográfico. Algunas traducciones disponibles en español son: El cielo partido, Noticias sobre Christa T, Muestra de Infancia, En ningún lugar, en parte alguna, El accidente, Bajo los tilos, Kassandra, Medea.

     La novela publicada en 1963 con el nombre El cielo partido plantea la realidad de una nación dividida, del encuentro de dos jóvenes que se enamoran, pero toman rumbos diferentes debido a las ideas políticas que influyen en la situación de muchos ciudadanos que vivieron esa ruptura sin elegirla, esa situación que impulsa un enfrentamiento, una separación entre el lenguaje y la cultura de un país. Sin embargo, los protagonistas llamados Rita y Manfred le sirven a la autora para dar voz a su idea en torno a la división física provocada por las diferencias ideológicas, esa vergüenza histórica que representó el Muro de Berlín. Algo que dijo sobre las diferencias entre ellos resalta la importancia para la RDA (República Democrática Alemana) por el “nosotros” mientras que para la RFA (Republica Federal Alemana) lo que más importaba era el “yo”. [1]

     Después de esta novela tan exitosa se le integra al comité central del Partido Socialista Unificado, la relación no duraría mucho porque ella era escritora, no se orientaba por los estándares políticos, ese aspecto clientelar que el poder impone a los intelectuales, Christa no lo iba a cargar y así lo demostró con su segunda publicación, Noticias sobre Christa T, misma que fue prohibida, no agrado al partido porque para ellos era demasiado depresiva, en contrapeso su proyección fuera del país como escritora disidente va en aumento, tal vez esa palabra es la que mejor la describe: disidente, durante toda su vida mantuvo presente en su obra los temas sociales, humanos y políticos.

     Publica la novela Kassandra en 1983 y pronto se vuelve una obra de referencia a nivel mundial, en ella recrea la situación de Casandra, la sacerdotisa troyana que fue condenada por Apolo a tener el don de la profecía, pero, al no acceder a relacionarse con él de forma intima la maldice con la desgracia de no ser atendida, nadie iba a creer jamás en sus profecías. La sacerdotisa Casandra siendo hija de Príamo y Hécuba, reyes de Troya, vio la llegada de París y Helena y con ello sus sueños de batallas no dejaron de advertirle lo cerca que estaba la guerra, la miseria, la muerte, el dolor.  Los tiempos oscuros para toda Troya llegaron con esa unión. Cada profecía en torno a la guerra fue ignorada, aunque todas fueron cumpliéndose conforme avanzó el asedio.

     La escritora mantiene su interés en retratar el comportamiento humano en situaciones históricas adversas, dando una importancia a la interpretación desde la propia voz, desde la inquietud de mujer, su personaje se enfoca en la búsqueda de esa voz femenina, Casandra se sabe condenada, muestra su desesperación, denuncia lo que vendrá sin que se atienda su declaración, vive con visiones y pérdidas y se mantiene entre el futuro doloroso y el presente violento, la única certeza es su muerte cercana. El libro presenta en forma de soliloquio todo lo que desencadena la guerra, su pesada figura y el clamor ante la decadencia y el duelo de una civilización.

     La humanidad se pierde en la reinterpretación de la sacerdotisa, el monólogo de Casandra en momentos la expone como “la loca” que reclama. Quienes están negociando salidas al conflicto, la ven como enferma, su voz no se oye como algo posible, ese tipo de loca parecida a la descrita por Marcela Lagarde en Los cautiverios de la mujer sobre la cual dice: la loca es un espejo maquiavélico para que se miren todas y no se identifiquen con ella. Para que la asuman como la más distante, la ajena.” [2] Y este es el más cruel de los castigos para una profeta, porque sus palabras no respaldan la verdad que representan.

     Christa Wolf ocupa un lugar en la sala de las escritoras comprometidas, su expresión refleja un constante cuestionamiento al ser humano, ella no escribe para entretener, sino para cuestionar lo que se acepta por verdad y nos acerca a lo cotidiano de cada realidad, sin verlo desde nuestra propia ventana. Su escritura tiene un trato, el que se hace con los ideales que definen a la humanidad y sus valores, esos que representan un nosotros, antes que un yo. Ella fallece el 1ero. de diciembre de 2011 en Alemania. [3]



[2] Lagarde, Marcela, Los cautiverios de la mujer, México, UNAM, 2005.

[3] Margarita Blanco, “Traducciones al español de la narrativa de Christa Wolf”, Livius, 2 (1992) 263-268.




sábado, 27 de julio de 2024

Phillis Wheatley

 

Poetisa norteamericana cuya fecha probable de nacimiento fue en 1753, justo en el contexto de colonialismo y racismo exacerbado porque la economía en ese momento dependía de la mano de obra gratuita que brindaban los esclavos. Se sabe que nace en Senegal y en el año 1761 es raptada por los esclavistas y transportada a Boston, Massachusetts en donde la familia Wheatley la compra para ser empleada doméstica, tenía ocho años cuando perdió más que su libertad, también perdió el nombre real, su cultura, su familia, su identidad, porque en una muestra de banalidad y sin sentido es nombrada Phillis, así como se llamaba la goleta en la que fue transportada, identificaba como The Phillis y se le dio el apellido del comerciante que la compró.  

      Poco a poco va dejando atrás su pertenencia al país donde nació, sus cantos, sus rituales, su lengua, su destino en África, cualquiera que hubiera sido era mejor que ser esclavizada y cosificada en una cultura de blancos acostumbrados a utilizar la fuerza de trabajo de otras personas tan sólo por el hecho de tener un color de piel diferente. Ya siendo propiedad de los Wheatley, fue convertida al cristianismo de la iglesia congregacionalista del viejo sur, tal vez ese inicio a la enseñanza hizo que notaran su capacidad de aprendizaje, lo que sigue es admirable pues aprende a leer y escribir en un lapso aproximado de año y medio, tiempo en el cual ya dominaba el idioma, no sólo ese, su agudeza intelectual le hizo sobresalir al aprender griego, latín y pronto se encargaría de enriquecer las reuniones familiares con lecturas de Milton, Virgilio, o pasajes de la biblia. Poco a poco va ganando el respeto de la familia y amigos, es así como a los 13 años comienza a escribir poesía, entonces la pequeña Phillis comienza a dar forma a su nueva identidad: es mujer afrodescendiente, esclava y también una sensible poetisa. 

      La familia Wheatley apoya la emancipación de la poetisa una vez que logra defender ante dieciocho intelectuales de la época su conocimiento sobre literatura, ya que no se creía que dichos poemas pudiera escribirlos una mujer, En 1773, viaja a Inglaterra donde se realiza el interrogatorio que fue más parecido a un juicio, algo que no se ha hecho jamás a un hombre que escribe y quiere publicar.  A ella se le hizo jurar con la mano sobre la biblia que era la autora del trabajo escrito presentado y que no lo había plagiado, cosa absurda y aberrante una vez que lees lo que escribió, porque se puede notar su condición de mujer cristiana, aculturada, que nos habla sobre el valor de la presencia de Dios en su vida, habla de la muerte, como si fuera nuestro momento de redención, hasta el punto de que se convierte en un tema recurrente en su poesía. Phillis parece tener claro esa condición humana única que nos hermana en el momento final. En cuanto a su estilo la poeta escribe de acuerdo a la época literaria neoclásica que retoma la herencia clásica, podemos sumar a esto algunos versos que presentan rasgos de su identidad, esa brillante muestra de talento le aseguró el sobrenombre de “Esclava intelectual” cuya sensibilidad se muestra así: 

SOBRE SER TRAÍDOS DE ÁFRICA  A  AMÉRICA

Fue la misericordia la que me trajo desde mi tierra pagana,

le enseñé a mi alma ignorante a entender

que hay un Dios, que hay un salvador también:

no lo conocía ni lo buscaba, me redimió.

Algunos vieron nuestra raza azabache con ojos de desprecio,

"Su color tiene un tinte diabólico".

Recuerden, Cristianos, Negros, negro como Caín,

púlete y únete al tren angelical.[1]

     Se publica su libro Poemas sobre varios asuntos religiosos y morales, editado en Inglaterra, en él se incluye la declaratoria del tribunal que la evaluó anteriormente, pasando a la historia como la primera mujer afroamericana en publicar un libro de poesía, así como el primer reconocimiento literario para la población afroamericana después de enfrentar todo tipo prejuicios raciales, de clase y de género. Se cuenta sobre su libro que llegó a todas las cúpulas sociales, a personalidades de la época, entre ellas estuvo el político Thomas Jefferson quien comento: “No obstante, entre los negros sólo hay miseria —Dios lo sabe—, pero no poesía’.[2]”. Su libertad coincide con el proceso de independencia en América del Norte, se atreve a  enviarle una carta de apoyo a George Washington, quien ya mantenía la lucha, pero aún no estaba convencido de la inclusión, tenía un dilema porque necesitaba recurrir al apoyo de la población afroamericana, pese a su conocida aceptación por la practica esclavista. Phillis le escribe para motivar su interés en continuar la lucha por la libertad del país, el general Washington reconoce su estilo poético, simpatiza con su apoyo, se dice que se conocieron en una visita que la poeta hace a un cuartel, allí lee su poema titulado “A su Excelencia el General Washington”, ella es la primera persona en reconocerlo como el ‘padre del país’.

     La grandeza de Phillis Wheatley fue sin duda un reto enorme en ese momento de marcadas diferencias raciales, la cultura adoptada en su obra desdibuja todo aquello que pudiera aportar desde su contexto cultural, pero en realidad ella no conoció a detalle su cultura porque fue secuestrada siendo una niña, entonces su aporte es más profundo, es parte de los cimientos  culturales de la literatura, se ve en su trabajo ese marco colectivo del cual el psicólogo y sociólogo francés Maurice Halbwachs define como: “Collective frameworks are, to the contrary, precisely the instruments used by the collective memory to reconstruct an image of the past which is in accord, in each epoch, with the predominant thoughts of the society,” (“Los marcos colectivos son, por el contrario, precisamente los instrumentos utilizados por la memoria colectiva para reconstruir una imagen del pasado que esté de acuerdo, en cada época, con el pensamiento predominante de la sociedad”). [3] Evidenciando el sentido artístico en su trabajo literario que se ocupó de abrir camino a las expresiones estéticas de los afrodescendientes.

     Con el primer y único libro que publica no sólo obtiene la libertad, también pierde la tutela de la familia con la que vivió, sale a un mundo que funciona en base a la hegemonía y las reglas que el hombre impone y su brillo se va apagando, sin posibilidad de trabajar o estudiar se casa con un comerciante con quien tuvo tres hijos, pero ninguno le sobrevivió. El trabajo artístico que sabía hacer no le aseguró una oportunidad de crecimiento, recurre entonces al trabajo doméstico y busca la forma de salir adelante, ya sola, sin una red social de apoyo, sin familia, sin esposo. No sobrevive, la rudeza de la vida, la pobreza y las pérdidas acumuladas la vencen a los 31 años.

     En su honor se han creado diversas formas de recordarle, de mantenerla viva como parte de una herencia cultural, por ejemplo, desde 1973 y gracias al impulso de la escritora Margaret Walker se realiza año con año el Phillis Wheatley Poetry Festival[4] en la Universidad Estatal de Jackson donde se reúnen importantes autoras afrodescendientes en un intercambio de conferencias, proyecciones y lecturas en torno a la pionera cuya obra, Poemas sobre diversos temas, religiosos y morales es el centro de la celebración, además, forma parte del monumento conmemorativo a las mujeres de Boston, Massachusetts en donde comparte estadía con Abigail Adams y Lucy Stone, como reconocimiento a la presencia e importancia de la mujer afroamericana en la historia de los Estados Unidos.




[1]   Wheatley, Phillis, Poems on various subjects, religious and moral           https://wwnorton.com/college/history/america9/brief/docs/PWheatley-Religious_Poems-1773.pdf.                                     

[2]  Moratiel, Virginia, “Phillis Wheatley: la esclava Negra que con su poesía dio nombre a un país.” El vuelo de la lechuza  https://elvuelodelalechuza.com/2021/01/04/phillis-wheatley-la-esclava-negra-que-con-su-poesia-dio-nombre-a-un-pais/

[3] "Strange Longings": Phillis Wheatley and the African American Literary Imagination, Charita Elaine Gainey-O’Toole, Harvard University, May 2017. p. 12. https://dash.harvard.edu/bitstream/handle/1/40046547/GAINEY-OTOOLE-DISSERTATION-2017.pdf?sequence=4&isAllowed=y


Pilar Dughi

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