miércoles, 28 de mayo de 2025

Han Kang

 




Escritora surcoreana nacida el 27 de noviembre de 1970 en el seno de una familia de formación literaria, desde su padre novelista, hasta sus hermanos escritores fueron el primer estímulo para acercarse a las letras, después de ellos, fue su alto grado de sensibilidad, el cual se incrementó de niña al descubrir unas fotos de la masacre del levantamiento de Gwangju efectuada en mayo de 1980, donde los estudiantes pedían el fin de la ley marcial impuesta por el presidente, pero que terminó en la muerte de cerca de dos mil personas, cifra no oficial, esas fotos influyeron en su forma de ver la realidad, y por supuesto, en su escritura.

     Terminó los estudios superiores en la universidad de Yonsei, después de ello trabajó un tiempo como reportera y luego como profesora de escritura creativa en el Instituto de Artes de Seúl hasta 2018. Si bien su primera novela es publicada en su país durante el año 2007, su presencia en la literatura a nivel internacional fue hasta 2016 con la traducción al inglés de esa obra. La vegetariana tuvo un recibimiento excepcional, siendo la primera novela de origen surcoreano en obtener el Premio Booker International y también al ser seleccionada como uno de los mejores libros recién publicados.

     Después del premio, la novela se traduce a más de veinte idiomas entre ellos: japones, vietnam, español, polaco, chino, sueco, francés, holandés, etc. Lo cierto es que este primer trabajo literario es el resultado de una fijación que Han Kang tuvo con una frase del autor Yi Sang, destacado poeta, que dice: “Creo que los humanos deberíamos ser plantas” a partir de esa premisa comienza su búsqueda de sentido en la referencia que le inquietó, así que escribe un cuento llamado: “El fruto de mi mujer” pero no quedó satisfecha con el resultado y retomó ese imaginario en torno a las plantas hasta darle forma a su novela más reconocida, con tres relatos que en un principio fueron cuentos, como: Mongolian mark, Árbol en llamas,  pero que se fusionaron para conformar su novela La vegetariana.

     Han Kang recibe el premio nobel de literatura en 2024, para sorpresa de muchos, porque su presencia no estaba en la lista de los finalistas mencionados como favoritos, y fue ella, una mujer menuda, introvertida, sin maquillaje y de mediana edad la merecedora del máximo premio literario. El mundo que presenta en sus novelas va más allá de una ficción lejana a la realidad, en La vegetariana nos muestra una profunda y reiterada violencia simbólica normalizada hacia las mujeres de su cultura, Corea del Sur es un país capitalista, muy ocupado en la innovación de tecnología, sin embargo, en sus relaciones mantiene los roles tradicionales.

     Eun Kyung Kang y Patricia Chica Morales (2024)[1] reconocen en su ensayo que: “En sus obras, los personajes femeninos realizan un proceso de reconocimiento de la sociedad en la que se enmarcan y después cambian su actitud y comportamiento. Es común la denuncia de la violencia y opresión del sistema patriarcal” (p.2)    

    Retomando su novela La vegetariana, en ella se visualizan los roles aceptados dentro del sistema, donde la familia tradicional representa el centro de la vida de Yeonghye, la protagonista, mujer casada y oscurecida ama de casa con rutinas establecidas, callada e indiferente ante la vida, hasta que a partir de un sueño decide dejar de comer carne. El que podría ser un simple cambio de alimentación en occidente, se transforma en el inicio de un derrumbe familiar y personal, pues repercute en todo su entorno, y cada uno de sus familiares lucha por hacerla cambiar de idea, sobre todo por el temor al desprestigio social que representa esa decisión.

    Su determinación va alejando a todos, su esposo, sus padres, los hermanos, sólo tiene el apoyo de su hermana, tal vez como símbolo de ese respaldo entre mujeres. El cambio la lleva a una serie de situaciones en donde su sexualidad y su cuerpo vuelven a ser sometidos a la violencia del hombre, que, aunque sea sutil, no deja de ser violencia. Ya en este punto de la novela Yeonghye parece no tener conciencia de lo que hace, la desaprobación y el rechazo social van aportando para que su salud mental se vaya deteriorando y no consigue descubrirse en ese mundo es donde siempre ha sido objeto de alguien, nunca esencia de ella misma.

     En general las novelas de Han Kang muestran esa parte que se mantiene oculta en el oropel de un país desarrollado, los esquemas que no cambian, los entornos de poder que los validan; otras de sus novelas son: La clase de griego, Actos humanos, Imposible decir adiós, también en ellas está presente el silencio impuesto por los condicionamientos sociales y siempre se aborda la condición humana que va en busca de algo que no sea el molde asignado.

     No sólo desarrolla personajes femeninos, su creación también describe a los hombres, que ostentan el poder, pero que no dejan sus traumas y se sienten fuertes con el uso de la violencia que hace más visible la fragilidad del ser humano. Así de diversa y determinada es su escritura, sin dejar de narrar ese diario y continuo existir que nos presenta algunas bellezas, pese a la opresión del gobierno y del peso de la tradición.  

     Después de conocer su escritura resulta claro el reconocimiento que ha tenido su trabajo, ya que a través de él revela la voz de la realidad femenina en Corea del Sur, que si bien, se reconoce como un país muy próspero por su alto desarrollo tecnológico e industrial, se ignoran temas como perspectiva de género y respeto a las libertades individuales, pues se pone en primer lugar el tradicional modo en que está cimentada su cultura.





[1] Eun Kyung Kang y Patricia Chica Morales, “Mujer, familia y sociedad en la vegetariana de Han Kang” Universidad de Málaga, 2024, p.2.


domingo, 4 de mayo de 2025

bell hooks

 



Gloria Jean Watkins mejor conocida como bell hooks es una escritora, activista, y crítica social que nace un 25 de septiembre de 1952 en una pequeña y humilde población de Kentucky, E.U, con una larga trayectoria como ensayista sus obras presentan alguno de los siguientes temas: raza, clase o género, con ánimo de concientizar a los lectores, lo que somos, nuestra riqueza cultural. Como docente, estuvo al frente de las aulas por más de treinta y cinco años en diversas instituciones de educación superior, hasta el día de su partida.

     La razón por la cual su nombre se escribe en minúscula es porque lo tomó de su bisabuela Bell Blair Hooks como seudónimo, ya que la abuela era conocida por ser audaz uso del lenguaje y por ser un ejemplo de resistencia ante la vida, pues le tocó vivir la parte más cruel de la segregación racial, por ello  nunca quiso que se escribiera de la forma correcta su seudónimo, con mayúsculas iniciales, porque aseguraba que lo importante de una persona no es el nombre, sino las ideas que deje a su paso por esta vida.

     Desde pequeña conoció la segregación, las limitaciones materiales y en lugar de quejarse se dio a la tarea de buscar respuestas. Autora de más de cuarenta libros, artículos académicos, conferencias, documentales, con los cuales aprovechó la oportunidad de abordar alguno de los temas que fue desarrollando a lo largo de su vida académica, como la historia, la sexualidad, el feminismo, la comunicación. Algo muy valioso en su pensamiento es en torno a su forma de ser en el mundo, ella decía que era importante mantener el ego bajo control para que su trabajo escrito representara la coherencia que ella buscaba en su actuar.

     La escritora pasó toda su vida reivindicando la importancia del reconocimiento de nuestra identidad, desde el punto más vulnerable, pues ella sufrió el racismo, hasta la búsqueda de una mayor comprensión del contexto, porque no lo consideró como algo que sólo le sucedía a ella, sino para a su raza. También ayudó a delimitar y replantear muchos temas urgentes de analizar, como el amor, en su libro Todo sobre el amor hace hincapié en que este sentimiento es una fuerza transformadora, una herramienta para crear un mundo más igualitario, sin embargo, estas ideas no pueden sonar realistas bajo las dinámicas de poder que se han creado entre hombres y mujeres, por ello reitera la falta de certeza en la enseñanza sobre el amor, a los hombres les enseñan a mantener sus sentimientos en resguardo, porque si los dejan ver serán juzgados como débiles, mientras que a las mujeres se les hostiga en una dinámica de abuso y dominación, por lo cual insiste en la práctica ética del amor en donde la justicia, la equidad y el respeto sean la base de la relación y define en términos afectivos el espacio amoroso como una trinchera en donde nos fortalecemos para resistir, acompañar y transformar el mundo.

     Su trabajo ensayístico la llevó a formar parte de las teóricas del feminismo negro junto con Angela Davis y Audrey Lorde, razón por la cual es reconocida como una de las escritoras más influyentes de finales del siglo XX. Su obra gira en torno al entendimiento de esta sociedad desigual, centra toda su atención en la renovación ideológica y determina una nueva propuesta de reconocimiento para la comunidad afroamericana. En su libro El feminismo es para todos rompe el esquema radical de sólo dirigirse a las mujeres y acá nos dice: “el movimiento feminista era un movimiento por la justicia social tan válido como todos los demás movimientos radicales de la historia de nuestro país que habían apoyado los hombres.”[1] Porque justamente terminar con la opresión hacia las mujeres traería beneficios importantes a la sociedad y reitera el hecho de que los hombres son parte del cambio.  

     Ese contante espíritu curioso la lleva a publicar su libro Respondona en donde hace una revisión de cómo fue su búsqueda de respuestas, pues siendo niña estaba educada para hablar poco, callar mucho y no responder a las indicaciones porque si no venía un castigo, de a poco se va dando cuenta de la importancia del reconocimiento de su voz, esa voz que representa un ejercicio de libertad, porque logra pasar del silencio al discurso como un gesto revolucionario, esa voz es un elemento que vamos identificando, primero se recupera y con el paso de tiempo se crea y transforma. Sus trabajos escritos logran romper con las estructuras patriarcales fomentando la solidaridad como elemento necesario en la lucha feminista, especificando que el surgimiento de la solidaridad esta apoyada de una pedagogía liberadora, pues la educación es un factor determinante para la aceptación, la defensa y el estudio de nuestros ideales. En 2014 funda el Instituto bell hooks en Berea, Kentucky donde trabajó hasta sus últimos días. En 2018, tuvo uno de sus últimos eventos públicos para recibir un reconocimiento por parte del estado de Kentucky, lugar donde nació, dijo que tal hecho le pareció una victoria, porque justo en el sitio donde creció, donde fue discriminada, donde le dijeron muchas veces que la gente de color no escribe libros, justo en ese lugar reconocían su trabajo y aportación ideológica. bell hooks fallece un 15 de diciembre de 2021, a los 69 años. 







[1] bell hooks, El feminismo es para todos, Madrid, Traficantes de sueño, 2017, p. 94

https://traficantes.net/sites/default/files/pdfs/TDS_map47_hooks_web.pdf. 

https://proassetspdlcom.cdnstatics2.com/usuaris/libros_contenido/arxius/46/45810_Todo_sobre_el_amor.pdf. 

https://www.marcialpons.es/media/pdf/49272_Respondona.pdf

Han Kang

  Escritora surcoreana nacida el 27 de noviembre de 1970 en el seno de una familia de formación literaria, desde su padre novelista, hasta s...