El
misterio más caprichoso y la crueldad son rasgos básicos en la trama de esta
escritora, su temática principal es la tragedia, el sinsentido de la vida, como
escritora suele ser pesimista y rebelde, sus ambientes son el suspenso y el
crimen, su obra forma parte de la
llamada novela policial; su talento se combina con el valor de su análisis detractor
del raciocinio humano. Se trata de una escritora norteamericana que logro
levantar la voz en público y reconocer su lesbianismo en un momento histórico es
el cual el tener otra preferencia sexual causaba graves problemáticas ya que
era considerado un delito o en ocasiones una enfermedad, no pienses que fue en la Edad Media, tan sólo hablamos del siglo XX.
Pese
a ello la escritora lleva una vida romántica, sus diversas relaciones son conocidas,
pero ninguna es definitiva; en uno de sus cuentos llamado “La heroína” se plantea
una situación primordialmente femenina: la protagonista es una niñera, Lucille, una bella criatura que muestra rasgos atribuidos al género femenino como la
ingenuidad, el desamparo y la búsqueda de dicha, pero Higshmith toma las
posturas morales y las recrea en una mordaz y enfermiza critica a los deberes
sociales establecidos a partir del género.
En la intriga de este cuento la mujer se
imagina como una heroína, pero en la narrativa de dicha escritora no hay
personajes normales, porque todo va, más allá de las apariencias, como parte de
una tensión inevitable. Algunas de sus obras han sido llevadas a la pantalla de
cine, desde “Extraños en un tren”; “El talento de Mr. Ripley”; “Carol” y muy
recientemente, “Las dos caras de enero”.
Toda su obra mantiene un suspenso en la vida de sus personajes, seres en caída libre. Desde sus primeros cuentos desacredita las
pretensiones del sueño americano, hecho que la lleva a ser como una extranjera
en su propia tierra, ante lo cual, luego de varias estancias en diferentes países,
decide vivir en Berna, Suiza, lugar donde murió.
Su acercamiento
a la conducta más perversa la fue alejando de los ámbitos sociales, los detalles psicológicos y morales presentes
en sus libros muestran su imaginación y su mente sagaz. Era una disciplinada
escritora, tan sólo necesitaba sus cigarros, un café y una rosquilla para
escribir desde temprano en su cama y hasta medio día.
Se trata de una mujer casi insensible, casi misántropa, casi misoginia, casi con una furia interminable contra el ser humano, sus muchos gatos y caracoles le resultaban mejor compañía. Puede resultar de conductas raras, casi como sus personajes, pero hay que observar lo valiosa que fue su postura para el
trabajo literario femenino, pues con un rostro menos común de interpretar por la pluma femenina, como lo es el sinsentido del ser humano visto por una mujer, se debe conceder a su obra la identidad de escritora con obras de un suspenso delineado a detalle, donde la ficción se desarrolla en frenéticos escenarios, en los
cuales ella se adentró.
Te comparto
unos links con algunos cuentos.[1]
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