En
este fin de año, te presento tres poetas cuya reacción frente al genocidio fue
la poesía, espero que te permitan una reflexión sobre la actuación del hombre y la
mujer, en este caso específico como escritoras comprometidas ante los hechos de
barbarie, como el de Ayotzinapa y la desaparición infame de 43 estudiantes, en
honor a ellos leamos algunas poesías femeninas surgidas en un evento vergonzoso
para el Homo Sapiens, una guerra.
La primera de ellas es Yolande Mukagasana
nacida en el año de 1954, en Ruanda. De profesión enfermera, durante el
genocidio de 1994 se vio sacudida por dicho suceso donde su esposo e hijos son asesinados, entonces comienza a
escribir, y en su poesía presenta la infamia provocada por el odio entre los
hombre. Ella es una sobreviviente del genocidio ruandés entre dos grupos
étnicos: los hutus y los tutsis. Si se preguntan a qué viene todo esto de las
etnias y los genocidios, recuerden que en México estamos de luto, también aquí
asesinan impunemente y la importancia de la poesía femenina radica en lo que
expresa y en relación a que hecho social, esa es su identidad, aquella que le
da la experiencia. Dicha escritora muestra con exaltación su ser destrozado por
el horror del crimen generado en una lucha étnica.
Imagina la vida de Yolande antes de ser
escritora: enfermera en un centro de salud, con un esposo, hijos, una linda
casa, vecinos buena onda y de pronto, esos mismos vecinos asesinan a su familia
y la avientan en una fosa común, por el sólo hecho de pertenecer a diferentes
grupos étnicos. Ella, para no perder la cordura y navegar en el silente mar de
la locura revive en la poesía y en una fundación que apoya a huérfanos que dejó
la guerra.
En su poesía representa el papel protagónico
al convertirse en el sujeto poemático, cuya referencia es vital en
la relación trágica-intima de su poesía, muy frecuente en la poesía femenina,
más aun cuando se enfrenta al racismo de cerca. Sus obras son: La muerte no me desea; No temas saber y La herida del silencio. Después de lo que ha vivido dice: “Me
pueden matar, pero mis actos y mis libros continuarán”. Ahora te dejo
uno de sus poemas.
LA LOCURA
Este sol malévolo y
cómplice
que osa sonreír a los asesinos
que osa iluminar este país maldito
donde la ley que dirige es la de la sangre
que osa sonreír a los asesinos
que osa iluminar este país maldito
donde la ley que dirige es la de la sangre
en la que no veo más
que el abismo
donde todo el mundo se hundirá
un hueco negro donde no hay más que la muerte
ningún destello, ningún rayo de esperanza
donde todo el mundo se hundirá
un hueco negro donde no hay más que la muerte
ningún destello, ningún rayo de esperanza
la ausencia de las víctimas
es la de los verdugos
la ausencia de los verdugos es la de las víctimas
tenemos toda la vida en común
graciosa especie es la humana
la ausencia de los verdugos es la de las víctimas
tenemos toda la vida en común
graciosa especie es la humana
besaba al viento que
se ha llevado a mis hijos
quería besarlo para sentirlos
estrecharlos muy fuerte entre mis brazos
para decirles que más nada podrá arrebatármelos
quería besarlo para sentirlos
estrecharlos muy fuerte entre mis brazos
para decirles que más nada podrá arrebatármelos
los seguiré hasta el
más allá del más allá
seguiremos juntos por la eternidad
esta eternidad que sólo yo comprendo
porque mi eternidad es también mi presente
seguiremos juntos por la eternidad
esta eternidad que sólo yo comprendo
porque mi eternidad es también mi presente
el viento sopla
sobre mi cuerpo
quería estar desnuda para sentir su frescura
tendría calor de estar en lo irreal de lo real
transpiraba fuerte de ver lo irreal de mi vida
quería estar desnuda para sentir su frescura
tendría calor de estar en lo irreal de lo real
transpiraba fuerte de ver lo irreal de mi vida
yo hubiera querido que
ese viento me cosquilleara
poder reír, como antes, de mi tontería
reír de mi bobada al pensar que el mal es fuerte
poder aun reír de mí misma.
reír de dicha en una desgracia demasiado fuerte
poder reír, como antes, de mi tontería
reír de mi bobada al pensar que el mal es fuerte
poder aun reír de mí misma.
reír de dicha en una desgracia demasiado fuerte
debo salir lo más
rápido
de estos sufrimientos que me esterilizan
que reducen mi cuerpo y mi alma
cuando el mundo piensa que vivo
de estos sufrimientos que me esterilizan
que reducen mi cuerpo y mi alma
cuando el mundo piensa que vivo
sin embargo fui
muerta el día aquel
los cien días sin respuesta del más alto
me hicieron dudar de su existencia
hasta el desprecio de los que me lo han enseñado.[1]
los cien días sin respuesta del más alto
me hicieron dudar de su existencia
hasta el desprecio de los que me lo han enseñado.[1]
No hay comentarios.:
Publicar un comentario