Escritora
francesa nacida el 17 de septiembre de 1937 en Argel, durante la guerra, tal
vez por eso su historia es una tragedia. Su padre fue un médico francés, su
madre una empleada española a la cual le obligó a dejar en un orfanato a su
hija, para luego el mismo adoptarla e integrarla a su familia que formaba parte
de la burguesía francesa. Se mudó a Francia donde su infancia fue fracturada
por una violación a los diez años de edad y en la adolescencia fue internada en
un reformatorio.
Los
jóvenes franceses de la posguerra fueron expuestos a una estricta educación
gracias al modelo de integración social francés que se ofreció a jóvenes huérfanos,
pero también a jóvenes con padres que más bien parecían ser sus abuelos y cuyo
abismo generacional no permitió una sana relación. Albertine pasó más tiempo en
el reformatorio que con sus padres entrados en años, cuando salió del
reformatorio logró muy buenas notas, con un mundo por delante se mudó a París y
ahí se reencontró con una compañera, con ella efectuó un robo y fue condenada a
siete años de cárcel, pero al tercer año escapó, la fuga ocasionó que se
rompiera un hueso del talón llamado astrágalo, y es así como nombró a su
primera obra.
El
astrágalo es su novela más representativa, fue publicada en 1965 y en ella
relató la fuga y el encuentro con el que sería su pareja hasta su muerte,
Julien Sarrazin, su protector, su apoyo y gran amor. La novela relata a detalle diversos
personajes que se transforman en cómplices de su clandestinidad. Luego escribió
La fuga y su última novela fue El atajo, pero fue aún más prolífica su
escritura pues publicó además: Diarios de
prisión y Cartas a Julien.
Toda su vida influyó en la temática
literaria de sus obras, que se ubicaron dentro de la literatura proletaria
francesa del siglo XX, como características principales de dicho género
sobresale que los escritores son trabajadores, jóvenes, autodidactas que brindan
un testimonio de la manera y el ambiente social en el cual viven, una vida
marginal en la Francia de la reconstrucción.
Albertine Sarrazin fue una escritora que luchó
contra la represión y el sometimiento, su búsqueda de libertad la llevó a
relacionarse con delincuentes, pero su talento natural para la escritura dejó
en claro su postura existencial e intensa, algunos acercamientos a su trabajo
literario hablan del frecuente uso de un lenguaje argótico, es decir, un lenguaje
utilizado por un determinado grupo social, su empleo tiene una intención expresiva
y una capacidad relacionada con cierto ambiente sociocultural lleno de
vulgarismos. El argot utilizado por ella formó parte del ambiente delincuencial
donde vivió, pues no tuvo muchas opciones; sus vulgarismos son lo de menos, lo
mejor es que se le ha integrado como representante de la literatura contemporánea
francesa.
Su obra retrata su alcoholismo, su total
dependencia, su rompimiento, su transgresión al estrecho destino que le tocaba.
Aún no sé si logró una concientización feminista, o tan sólo se trató de ese
feminismo espontáneo que se provocó por sus violentas experiencias en el yugo
de una ideología patriarcal que la sometió hasta donde pudo.
Su postura rebelde fue parte de las ansias
de libertad, una libertad ajena para mujeres inquietas, creativas, pensantes,
críticas, esa opción de ser estaba prohibida en un ambiente social marginal y además ella se convirtió en discapacitada por su lesión en
el astrágalo, y en la sala de operaciones falleció un 10 de julio de 1967, a los 30 años de edad,en un claro entorno discriminatorio y represivo al que se enfrentó Albertine,
mujer joven y talentosa que retó al sistema de integración en la Francia de los
años sesenta. Fue la única mujer escritora con esta temática carcelaria de fin de siglo.
Albertine
Sarrazin enciende las luces en oscuros rincones de la justicia en su país, su
experiencia, su amor por quien la salvó y su vida como fugitiva son los
principales elementos de su estilo que pone en duda las normas sociales del
momento en el cual vivió.
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