Poetisa
y profesora mexicana nacida en el siglo XIX un 18 de agosto de 1853, a ella le
tocó vivir las leyes de Reforma que promulgaron, entre otros cambios sociales, la
educación en manos de Gabino Barreda y el positivismo que implantó en nuestro
país, todos y todas debían ser instruidos, comenzaron a construirse las
escuelas de artes y oficios, en ellas se impartía la carrera de docente.
En ese ambiente la escritora conoció a
Guillermo Prieto e Ignacio Manuel Altamirano, cuya amistad conservó hasta su
muerte. Gracias a su talento para la poesía conoció a Manuel Acuña, con el cual
tuvo un hijo natural, situación muy difícil para la poeta por la construcción de
cómo debería comportarse una mujer, luego, se complicó con el suicidio de Acuña
en 1872 y al año siguiente la muerte del pequeño.
Desde esta época los poemas de Laura
Méndez de Cuenca mostraron un dolor al abandonar toda esperanza de vivir junto
a Manuel Acuña, pero su fuerte temperamento y decidida conducta rebelde hacia
los convencionalismos sociales le permitieron seguir adelante concentrándose
entonces en su pasión por el aprendizaje.
Años más tarde, después de cuatro hijos
naturales se casa con el poeta Agustín F. Cuenca, con quien procreó siete hijos
en total y con quien tuvo una tormentosa relación hasta la muerte de éste.
Cuento algunos pormenores de su vida para que puedan imaginar como la poetisa
combatió el oscurantismo de la época con una intensa postura feminista,
participando en un ámbito laboral masculino por costumbre, preparada, enfrentó
un ambiente hostil y escribió sobre la importancia de la preparación de la
mujer, así que, coherente con sus teorías en 1885 se titula como profesora.
En
1891 fue a vivir a la ciudad de San Francisco California, en ese momento ya
territorio de E.U, hecho que se calificó como uno de sus arranques varoniles,
ya que sus actos resultaban contrarios a los valores femeninos que la mujer
seguía.
Esos
años la fortalecen y le dan el vigor y la libertad que como poetisa necesitaba,
su trabajo se enriqueció y en esa época escribió poesía, cuento y una novela
costumbrista titulada El espejo de Amarilis, así como artículos
periodísticos. De igual manera continuó su formación y aprendió varios idiomas
e impartió clases de español. El reconocimiento por su trabajo lo consiguió en
esa ciudad, pues fue el momento en el cual vivió con mayores comodidades, sin
ser señalada y con una remuneración digna.
Después de una década de vivir en el
extranjero, vuelve a México y se integra al nuevo siglo y a la situación
moderna del país, pero la vida le fue quitando a sus amados hijos hasta quedar
sólo con Alicia, quien en 1910 se internó en el Manicomio “La Castañeda” y le
sobrevivió. De igual manera que en el pasado, nada pudo frenar su constante
formación y viaja a Berlín donde las nuevas pedagogías y disciplinas educativas
estaban en auge, a su regreso a nuestro país se encontró con el estallido de la
Revolución Mexicana, en esa época Laura es recluida en un poblado de Milpa Alta
y elevada a inspectora.
Su trabajo poético pasó por tres etapas:
el periodo inicial comprende sus poemas iniciales de búsqueda que se publicaron
de 1873-1875; la segunda etapa fue la plenitud creadora entre 1884-1905 y la
tercera etapa se caracteriza por las nuevas temáticas y la innovación en la
forma, va de 1915 -1928. En su obra se mezclaron los elementos clásicos con la
clara influencia romántica y además de
sus incursiones en el modernismo, pero también a través de su obra hizo crítica
social guiada siempre por su sentido ético.
En su escritura estuvo presente la
rebeldía, en sus poemas la voz de la protesta y en su práctica pedagógica aplicó
nuevas teorías, incluso se ha dicho que podría ser considerada la poetisa más
destacada del siglo XIX y a pesar de ello es una escritora olvidada. Muere el 1
de noviembre de 1928 en la ciudad de México a la edad de 75 años.
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