La
trayectoria de esta magnifica escritora es descomunal. Nace en Ottawa, Canadá el 18 de
noviembre de 1939, es novelista y poeta, escribe también literatura infantil y
ensayos. Se conoce su trabajo literario a partir de los años sesenta, su
primera novela publicada sale al mercado en 1969 se llama La mujer
comestible, ¿vaya título no crees? esta obra resalta la situación de la
mujer que vive siguiendo estereotipos, busca lo mismo que sus amigas: estudiar
una carrera para luego no ejercerla, tener un trabajo y asumir que no hay más
que hacer, casarse para luego ser infiel, y reprimir lo que realmente quiere, doble
angustia en el personaje cuando se muestra su falta de identidad al no saber qué
es lo que realmente quiere, la historia se encamina a una inclinada pendiente.
Esta novela es considerada proto feminista, sin embargo, no es así ya que lo proto
feminista pertenece a los siglos anteriores al Siglo XX[1], sin duda se trata de una
novela con una mujer como protagonista y la historia es muy femenina, no
feminista porque la trama gira en torno a las decisiones del personaje principal
cuya vida refiere maltrato, pero si representa a: “La mujer (que) parecía una
figurilla de porcelana, antigua y elegante”[2]. Pasmada ante las
situaciones de la vida, a punto de perder la razón.
Otras de sus principales novelas son: Alias
Grace (1996); El cuento de la criada (1985); El asesino ciego
(2000); Los testamentos (2019), que representa la parte conclusiva de la
novela llamada El cuento de la criada. En cada una de ellas se reconoce una
visión crítica muy femenina, expone cual ha sido nuestro trato de forma explícita,
además forma parte de un subgénero literario emergente llamado CLI- FI[3], el escritor Dan Bloom es quien acuña
el término en 2007 por su nombre en inglés climate fiction o ficción climática,
estilo que centra su atención en incluir algún aspecto de la crisis climática que
nos afecta a nivel mundial, ella comenta en una entrevista su interés en escribir
sobre el tema con el fin de concientizar a los lectores sobre lo que está
pasando, también reconoce su activismo en este ámbito y llama a sumar esfuerzos
para lograr cambios al respecto.
Una novela de obligada mención, sobre todo
porque salta del papel a la pantalla y se convierte en una de las series de
ciencia ficción más exitosas desde su primera temporada en 2017, me refiero a El
cuento de la criada que plantea una historia en un futuro distópico en
donde, debido a los estragos de la civilización, la fertilidad femenina disminuye y el grupo en
el poder, apegado a la religión, todos ellos hombres de bien consideran buena
idea hacer esclavas sexuales a ese porcentaje de mujeres que todavía es fértil,
pues esta premisa es la que plantea Margaret
Atwood en su novela, la misma que se mantiene a través de cinco temporadas y la
sexta en producción, en ellas la escritora se encarga del guion.
Su estilo muestra una clara estética
posmoderna, está presenta la ficción especulativa, es decir que no es del todo
ficción porque en algún momento algunas de sus historias pueden volverse
realidad. La fluidez con la que narra hace fácil adentrarte a las temáticas casi
siempre distópicas, alucinantes e irracionales en un alto nivel porque los
mundos que crea en su literatura presentan un ser humano del todo deshumanizado
y marcando extremas diferencias en el trato hacia la mujer.
La escritora admite sus dificultades al
principio de su búsqueda de estilo ya que, su país nacido en el siglo XIX, pues
fue en 1867 cuando se le reconoce como nación independiente a pesar de tener en
su territorio a grupos ingleses, franceses, aparte de los inmigrantes y la
fuerte presencia de indígenas, por lo cual era muy complicado hablar de una
identidad, por las dos principales tradiciones literarias, francesa e inglesa, esto
sólo fue al principio de su quehacer literario, ya que fue alumna de Northrop
Frye, reconocido teórico y crítico literario canadiense, quien trabajo para
desentrañar este revoltijo de culturas. Una de sus más importantes posturas
teóricas sostiene que la literatura, el desarrollo cultural y la identidad
están unidos, esto sienta las bases de una identidad literaria canadiense, después
de todo, la mezcla étnica dentro de una nación está presente en muchos otros
países.
Su proyección como escritora es admirable en
todos los sentidos, a sus 86 años sigue escribiendo, dando conferencias, trabajando
en el guion de su obra y más, Atwood quien a lo largo de su obra ha buscado plasmar
con imágenes los escenarios únicos de un mundo en decadencia que quisiéramos muy
lejano, pero maliciosamente posible, ese futuro en donde vuelven las ciudades
amuralladas, los estados totalitarios con esos paisajes de la ficción histórica
que ella desarrolla de manera genial. Espero que esta presentación te acerque a
su lectura donde te aseguro encontrarás una infinidad de tramas, mundos desgarradores
y sobre todo excepcionales.
[1] https://aprendiendofeminismo.wordpress.com/iniciacion-al-feminismo/historia-del-feminismo/protofeminismo/
[2] Atwood, Margaret, La mujer comestible, p.284.
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