Tuve el gusto de contarles la corta vida y
obra de Albertine Sarrazin, escritora francesa que nos lleva de paso al mundo de
los reformatorios franceses encargados de la educación de jóvenes de la
posguerra, alejados de sus padres traumatizados, incapaces de guiar las
conductas rebeldes de sus hijos. Albertine quien lucha por conseguir su libertad,
lejos de la opresión para dedicarse a escribir y refugiarse en la literatura.
Ahora conozcamos a otras escritoras que
rompieron las reglas de lo correcto, se
violentaron y pagaron su culpa y continuaron su camino en la escritura, por
medio de un estilo testimonial en el cual están presentes las circunstancias
que las llevan al crimen, a tener el control a pesar de la violencia o
delincuencia.
La
primera de ellas es María Carolina Geel, escritora chilena nacida en 1913, con
el nombre de Georgina Silva Jiménez. Su primera novela se publica en 1946, se
trata de El mundo dormido de Yenia en
donde se muestra un mundo femenino muy íntimo, detallado, en total oposición
con el patriarcado, en lucha con los límites intelectuales en contra de la
mujer. De hecho incita a la exposición de esa conciencia femenina que permita
el reconocimiento y respeto a las particulares formas de existir.
En 1947 publica Extraño hastío; en 1949 Soñaba
y amaba el adolescente Perces; en abril de 1955 ella asesina a su amante en
el “Hotel Crillón”. Luego de cuatro disparos el joven cae. Desde el extranjero
Gabriela Mistral pide clemencia en su condena, exalta su valor como escritora,
y consigue que la pena sea indultada, luego de tres años en la correccional del
“Buen Pastor” sale, y en las sombras sigue su carrera literaria.
Sus posteriores obras se titulan: José el pequeño arquitecto en 1956, ese
mismo año Cárcel de mujeres, novela
testimonial que muestra su arrepentimiento, el libros se vuelve un
confesionario en el cual asegura que su depresión la lleva al crimen, por eso
el legado de locura temporal le asegura la salida. En la novela se sabe sobre
el tiempo de su experiencia carcelaria y la realidad de la mujer en ese lugar,
además confiesa: “temía que los hombres positivistas la arrancaran de su
paraíso. Tenía horror de verse arrancada de sus sueños y sepultada en el
basural hediondo de la realidad”[1]
esta obra mezcla géneros y relatos, en
donde el crimen y el cambio que sufre la autora le determinan un destino, se
muestra a la protagonista ciega ante el crimen y motivada por la necesidad de
asesinar a su amante, se revela un deseo
de absolución y otro que busca el indulto.
Su última publicación de ficción fue en
1961 con la obra Huida, misma que cierra
su ciclo de novelas, ya que sus siguientes años se dedica a la critica por completo.
Muere en enero de 1996, con un poco más de ochenta años y sin ningún homenaje
especial ni cátedras extraordinarias con su nombre.
[1] María Carolina Geel, Cárcel de mujeres, Santiago, Zigzag, 1956.
La tragedia de la escritora María Carolina Geel. www.memoriachilena.cl.
La tragedia de la escritora María Carolina Geel. www.memoriachilena.cl.
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