jueves, 9 de diciembre de 2021

Inés Arredondo

 


Escritora mexicana nacida en Culiacán, Sinaloa el 20 de marzo de 1928, inicia sus estudios superiores en la Facultad de Filosofía y Letras en la carrera de Filosofía, sin embargo, las teorías de Friedrich Nietzsche y Søren Kierkegaard le desencadenan una crisis espiritual que la lleva a una depresión cercana al suicidio, con apoyo de su médico, se sobrepone y cambia a la carrera de Letras Hispánicas, misma que concluye y es ahí que comienza su trabajo literario. Su trabajo se reconoce como parte de la Generación de Medio Siglo formada por los más destacados escritores nacidos entre 1920 y 1935 en el país, colaboró en la Revista Mexicana de Literatura como narradora y ensayista, fue investigadora del “Centro Lingüístico” de El Colegio de México. Su obra cuentística se concentra en tres antologías que llevan como nombre: La señal, publicada en 1965, Río subterráneo, que sale a la luz en 1979, libro merecedor del Premio Xavier Villaurrutia y su última publicación Los Espejos, es presentada al público en 1988. A lo largo de toda su narrativa se plantean complejas metáforas sobre la vida, la muerte, la crueldad humana, la violencia, lo sagrado, la insatisfacción, las relaciones incestuosas, la memoria, la existencia de la mujer en variados contextos.

    No es difícil encontrar en la revisión de su trabajo los diversos aspectos de control y vejación hacia la mujer, mucho se ha dicho sobre la profundidad del significado en su narrativa, incluso como denuncia a la violencia familiar de los padres hacia las hijas, misma que se reproduce en las relaciones de pareja, y ante las cuales las protagonistas responden como figuras rescatadas por sus decisiones que van de la culpa a la redención, oponiéndose al destino y conquistando un nuevo rumbo. Como menciona el profesor e investigador Rogelio Arenas Monreal: “el orden al que se enfrentan y del que precisamente intentan liberarse las heroínas de los relatos de esta escritora, es, por lo general, impuesto por el hombre y, a través de éste, por una sociedad falocéntrica que se distingue por su violencia.”[1]

     Si bien es muy interesante como hace el giro sorpresivo de la intimidación a la liberación, hagamos una mención sobre el tema, esta violencia institucionalizada que la escritora describe en su obra me permite recordar un evento anual celebrado el 25 de noviembre como el día internacional de la eliminación de la violencia contra la mujer y ¿Cómo se determina este día? el día fue designado en el año de 2000 en honor a la lucha que las hermanas Mirabal realizaron en República Dominicana en contra de la dictadura de Rafael Trujillo y por la cual perdieron la vida en 1960. En realidad se transforma en 16 días de activismo para ampliar el acceso a la información en torno a esta temática, así, la campaña va del 25 de noviembre al 10 de diciembre de cada año, claro que la violencia ha existido mucho tiempo atrás y aún está presente, sin embargo, es hasta el siglo XXI cuando los movimientos femeninos aumentan y permiten mayor información y apoyo para que las mujeres que sufren sus relaciones de pareja terminen con la agonía, tal como lo hacen las heroínas en los cuentos de Inés Arredondo, vincular la reflexión y análisis de las temáticas en sus cuentos se debe a que ella en el siglo XX reflejaba esta problemática en sus trabajos, también es importante reiterar la intención de como la literatura es, sin lugar a duda un medio para reconocer patrones sociales, culturales y psicológicos que se generan en diversas naciones y épocas en este caso y ya enfocadas al trabajo de dicha escritora las vivencias son de mujeres mexicanas, cuyas problemáticas se sitúan en aspectos vivenciales, que revelan un contexto conocido de la sociedad, cuestión que la hace formar parte de “Las cuentistas mexicanas en la época feminista”, así llamadas por Seymour Mentón, misma que va de 1970 a 1988.

     La lectura de su trabajo revela reflexión y talento para narrar los desafíos a los que se enfrentan sus protagonistas, muchos de sus trabajos los puedes encontrar en la red, en modo PDF, como opción para aquellos que no encuentren la obra publicada, uno de sus cuentos más estudiado es “La Sunamita” el nombre de este cuento significa la mansa, la dócil y el inicio del trabajo literario hace alusión a una cita bíblica, “Y buscaron una moza hermosa por todo el término de Israel, y hallaron a Abisag Sunamita y trajéronla al rey. Y la moza era hermosa, la cual calentaba al rey y le servía: mas el rey nunca la conoció.” Reyes 1. 3-4.[2] En la historia centrada en Luisa, como vislumbrando la incertidumbre de lo que está en camino está: “Tensa, concentrada en el desafío que precede a la combustión, la ciudad ardía en una sola llama reseca y deslumbrante. En el centro de la llama estaba yo, vestida de negro, orgullosa, alimentando el fuego con mis cabellos rubios, sola.”[3] El ritmo de la historia va creciendo y llevando a Luisa a un abismo entre velado por buenas acciones e insólitos actos inesperados de quien menos lo creería, es un tabú aquel comienzo noble que Rose Corral cuestiona: "Si el sentido global de la narrativa de Inés Arredondo, su idea de la ficción apunta hacia lo sagrado entendido como una forma de aprehender el mundo y de revelarlo, nada más difícil en cambio que precisar y articular sus distintas manifestaciones en los cuentos mismos”[4]. Apenas es el inicio del cuento, no quiero arruinarles la experiencia, la intención siempre es hacer cosquillas a su curiosidad para que se acerquen a las obras. Estas palabras de la profesora Claudia Albarrán resumen de excelente forma la obra de la escritora al decir:

los cuentos de Inés Arredondo las circunstancias, las situaciones -sean o no límites- no tienen valor en sí mismas; están ahí para «obligar» a los personajes femeninos a ser, a mostrarse, a definirse, a reaccionar de una buena vez y para siempre. Los cuentos son, en este sentido, crónicas de una metamorfosis, fotografías tomadas en el momento preciso del cambio de actitud, retratos de un instante fundamental que cambiará el rumbo futuro de sus vidas.[5]

     Inés Arredondo fallece en la Ciudad de México el 2 de noviembre de 1989, heredando a las mujeres lectoras 34 cuentos que reflexionan sobre la condición de la mujer en diversos escenarios.





[1] Rogelio, Arenas Monreal. La pareja y la mirada transgredida en ‘Mariana’ de Inés Arredondo. Siglo XXI, México, 2002.

 

[2] Inés Arredondo, “La sunamita”, Cuentos completos, México, FCE, 2012.

[3] Ibíd.

[4] Rose Corral, "Inés Arredondo: la dialéctica de lo sagrado", Mujer y literatura mexicana y chicana, coord. Aralia López González, Amelia Malagamba, Elena Urrutia, México, El Colegio de Mexico, 1988.

[5] María Claudia Albarrán, Para levantar las Alas: Aproximaciones a las mujeres de Inés Arredondo. México, ITAM, 2000.


No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Dorothy Parker

  Escritora y crítica estadounidense, importante intelectual de los años veinte, nace en el estado de Nueva Jersey el 22 de agosto de 1893...