domingo, 5 de mayo de 2024

Maryse Condé

 



Escritora francesa nacida en la isla del mar caribe llamada Guadalupe todavía colonia de Francia el 11 de febrero de 1934 en Pointe a Pitre, desciende de una familia con buena posición económica, por ello al cumplir los dieciséis años es enviada al continente para continuar sus estudios, después de concluidos deja Francia y pasa  más de diez años en diversos países de África, detrás de esa identidad que demandaba obtener, la misma que no consigue en Guadalupe y tampoco en su paso por el Paris de los años cincuenta.

      Ingresa a la Sorbona de París donde estudia literatura clásica después de concluidos sus estudios viaja a África occidental donde trabaja en Guinea, Ghana, Senegal, Costa de Marfil, etc., durante más de una década, luego de lo cual vuelve a Francia para concluir su doctorado en literatura comparada en la Sorbona. Tampoco su paso por el continente africano le complementa, pues debido a su preparación fue vista como aliada de los colonizadores. Algunas de sus novelas son: Un Saison à Rihata (1981); Segú (1984-1985); Yo, Tituba: Bruja Negra de Salem (1986); Corazón que ríe, corazón que llora (2019); El Evangelio del nuevo mundo (2023).

     Viaja a Estados Unidos ya casada con el traductor Richard Philcox, continua su carrera como catedrática impartiendo clases en varias universidades de Estados Unidos como Berkeley, Harvard y Columbia, UCLA. En 2004 se retiró de la universidad de Columba como profesora emérita de francés.

     En 2018 recibe el premio nobel “alternativo” de literatura, Maryse fue llamada “la gran dama” de la literatura antillana, obtuvo el Premio nacional de Literatura sobre la Mujer y el Premio Anaïs-Ségalas de la Academia Francesa. En 1993, fue la primera mujer en recibir el Premio Putterbaugh, otorgado por los Estados Unidos a escritores francófonos.

     La influencia del movimiento de la negritud iniciado por escritores como Frantz Fanon, filósofo nacido en Martinica y Aimé Cesaire otro gran intelectual de Martinica, colonia francesa. Dicho movimiento es importante para su formación como escritora, por ello se entiende la postura de reclamo y rebelión en contra de todo aquello que la nación colonizadora trató de normalizar en sus posesiones extra territoriales.

     Aunque fue escritora desde muy joven, a los 10 años crea una obra de teatro de un solo acto sobre su madre, también hace reportajes para periódicos locales en la escuela secundaria y publica reseñas de libros para una revista estudiantil en la universidad, la Sorbonne Nouvelle en París. Su despertar de conciencia surge cuando lee La calle de las casas negras de Joseph Zobel, ante ese nuevo mundo ella queda impactada y dice: “La lectura de José Zobel, más que cualquier discurso teórico, me abrió los ojos. Comprendí que el medio al que pertenecía no tenía absolutamente nada que ofrecer y empecé a odiarlo. Me había blanqueado y encalado, una mala imitación de los niños franceses con los que me juntaba”.[1]

     Tenía cuarenta años y cuatro hijos cuando publica su libro Segoú, el mismo que le abre paso ya cerca de los cincuenta en el mundo de la literatura internacional en el cual fue conocida sobre todo por la defensa de la identidad negra antillana también su defensa y exposición sobre lo que acontece a la mujer sobresale en su trabajo literario, como ejemplo cito su novela ganadora del Gran Premio de Francia de literatura femenina en el año 1986 Yo, Tituba, la bruja negra de Salem en dicha novela la autora presenta como protagonista a la esclava acusada de ser bruja en los juicios de Salem, en dicha novele hace una recreación de ese personaje histórico representativo de la restricción que se vivía en un contexto de patriarcado, exacerbada religiosidad y la práctica de juicios inquisitoriales propios de la época en la que ocurre el juicio de las brujas de Salem hecho del siglo XVII. Pues bien, Marysé hace una representación de esa mujer, quien acepta que realizó en el bosque algunos actos de baile y canto, tal vez un poco inspirados por su religión.

      Tituba crece como personaje, la escritora amplia su entorno, su situación existencial, su historia de vida, lo único que no está atenuado es la frecuente violencia y maltrato, desde su captura y rapto del país natal en el Caribe, hasta su venta como esclava en la Norteamérica floreciente.

     Tituba es la voz que busca respuestas en todo lo que hace, es la mujer que se sabe moneda de cambio en un mundo dominado por el hombre, pero lo usa a su favor. Sus preguntas son cada vez más introspectivas, así, ella expresa: “¡Qué extraño es el amor al país! Lo llevamos en nosotros como nuestra sangre, como nuestros órganos. Y basta que estemos separados de nuestra tierra para que experimentemos un dolor que surge de lo más profundo de nosotros mismos sin disminuir jamás”[2]

     Su sentir en torno al gusto que deja el destierro forzado que vivió se vuelve una constante en su dialogo interno, esa vida de persona sometida a las exigencias de otros la hace buscar la compañía de un hombre, tal vez como única medicina para combatir la desesperanza, esa búsqueda se hace continua a pesar de las sabias palabras de su abuela que le aclara: “Los hombres no aman, poseen, avasallan” y se pregunta una y otra vez “¿Por qué las mujeres no pueden prescindir de los hombres?”[3]

     Dicha novela es sólo un ejemplo del estilo propio de Maryse Condé, quien desarrolla temas como la negritud, la identidad, el género, el amor tan buscado incluso en los contextos más deshumanizados, mostrándolo como único aliciente ante la desgracia, en una entrevista la escritora asegura: “Yo creo que la responsabilidad de una escritora mujer y negra es la de inculcar en el otro el respeto y el amor por la diferencia. Para mí esa es la belleza de mi trabajo y de mis orígenes”[4]

   A través de su literatura Maryse Condé acerca al lector a las voces y las vidas de la población afrodescendiente que sobrevive en un agreste entorno opresor, sus palabras averiguan detrás de la brutalidad y logra heredarnos las huellas de su valor en el mundo para desenmarañarlo y darle un espacio en las más sentidas narraciones de sobrevivencia.

     Cada una de sus novelas revelan la vida desde sus ojos, su andar por diversos continentes y las prácticas de cada sociedad, las acciones de los diferentes personajes son de un mundo real, pero saltan a las hojas como una necesidad de alojar su presencia y que los sedientos lectores los conozcan. Ella, en medio de su orfandad y con su vasta herencia cultural se dio a la tarea de plasmar para su público una gama vasta de historias sobre la vida de una afrodescendiente que toda su vida buscó más allá de los hechos y del color de la piel. El 2 de abril de 2024 la escritora fallece a los noventa años en Luberon, Francia.

    




[1] Hillel Italie, “Fallece a los 90 años Maryse Condé la “dama de las letras antillanas” The San Diego Union Tribune, abril 2, 2024.

[2] Maryse Condé, Yo, Tituba, la negra bruja de Salem, Editorial Impedimenta, 1986. p. 46

[3] Ibíd, p. 17.

[4] Joaquín León, Maryse Condé: Eterno regreso al origen” Gatopardo, 10 oct. 2018.

sábado, 25 de junio de 2022

Dorothy Parker

 

Escritora y crítica estadounidense, importante intelectual de los años veinte, nace en el estado de Nueva Jersey el 22 de agosto de 1893, con el nombre de Dorothy Rothschild judía de nacimiento, neoyorkina por elección, aguda en su análisis de una sociedad invadida por los estereotipos impuestos que ella expone con brillante agudeza en su escritura, su trabajo va de 1922 a 1958. Una vez que se casa con Edwin Pond Parker II, un atractivo corredor de bolsa de quien obtiene el apellido, se convierte en Dorothy Parker, aunque se divorcian al poco tiempo toda su vida conservó ese nombre.

     Es fundadora de la mesa redonda de Algonquin, llamado así porque sus reuniones se llevaban a cabo en el Hotel del mismo nombre, estas frecuentes tertulias convocaban a un grupo de intelectuales (el columnista Franklin Pierce Adams, el humorista y actor Robert Benchley, probablemente el mejor amigo de Parker; el columnista deportivo Heywood Broun, el dramaturgo Marc Connelly, la periodista feminista Ruth Hale, el dramaturgo y director George S. Kaufman, el productor de Broadway Brock Pemberton, el editor del The New Yorker Harold Ross, el escritor y dramaturgo Robert E. Sherwood, el publicista John Peter Toohey y el crítico y periodista Alexander Woollcott. Otros miembros se movían más libremente y participaban de un modo más ocasional: las actrices Tallulah Bankhead, Blyth Daly, Eva Le Gallienne, Margalo Gillmore, Estelle Winwood y Peggy Wood, los dramaturgos Noël Coward, Edna Ferber, Donald Ogden Stewart, Beatrice Kaufman; las escritoras Jane de Grant, Margaret Leech y Alice Duer Miller, la ilustradora de revistas Neysa McMein, los humoristas Harpo Marx y Frank Sullivan y el compositor Deems Taylor) en dichas reuniones se abordaban temáticas diversas, pero de importancia vital para el entorno cultural de la época.

   Sus primeros trabajos se publican en Vanity Fair, donde se encarga de una columna sobre crítica teatral, los rasgos de su escritura se distinguen por una postura sarcástica e ingeniosa, mismas razones que le hacen salir de ese empleo, claro, en una revista femenina de los años veinte eran otros temas los que se esperaban de una mujer,  y no los que ella desarrollaba y le daban la cualidad de transgresora decidida a tratar temas como el alcoholismo, el aborto, la infidelidad, y un tema todavía más espinoso, la política. Más tarde se integra a la platilla del New Yorker referente de toda una época de grandes plumas, ahí escribe desde 1926 y hasta 1955, en ella se vuelve un referente de sarcasmo y critica puntual sobre los vicios sociales, sin embargo, su más importante faceta fue como cuentista, logrando una extensa producción formada de siete volúmenes entre los relatos que sobresalen están: “La gran rubia”; reconocido con el galardón O Heny como el cuento más sobresaliente de 1929; otros ejemplos son: “Estuviste perfectamente bien”; “Nivel de vida” o “El permiso maravilloso” cuya narrativa evidencia las posturas sociales llenas de vicios y prejuicios en donde la manipulación, las mentiras y los aspectos tristes y cómicos del sueño americano son retratados, como gran observadora de su entorno deja en claro los cambios que trae consigo la Segunda Guerra Mundial en su país.

    Es también destacable su participación en la lucha por los derechos civiles, el impulso al reconocimiento de las diferencias, mismos que la alejan de Hollywood en donde tuvo alguna participación como guionista. Su compromiso político también la lleva a la Guerra Civil Española. Pero por supuesto, ¿Cuándo ha sido bien vista la crítica en torno a las realidades sociales, a las apariencias de clase, al racismo enraizado de una sociedad poco sensible? Todavía no hay un ejemplo de ello, seguro que por tal motivo después de dicho enfrentamiento bélico su obra pasó al olvido, sus últimos años fue la protegida de la millonaria Gloria Vanderbilt, que la apoyo económicamente hasta el último momento.

     Dorothy Parker muere el 7 de junio de 1967, su partida apenas si sorprendió, murió sola, en una habitación de hotel junto a su perro y una botella de alcohol, alguna amiga organizó su sepelio, que resultó ser todo lo que ella no hubiera querido, donde gente del ambiente cultural hizo su presencia para cumplir con una postura falsa, digna de uno de sus cuentos, cumpliendo con la falsa tarea de cubrir las apariencias. Fue incinerada, sus bienes fueron donados al movimiento de Martin Luther King y la NAACP (Asociación Nacional para el Desarrollo de las Personas de Raza Negra) y como una mala anécdota, la supuesta amiga no se hizo cargo de la urna, por veinte años nadie reclamó sus cenizas, finalmente la NAACP compra una tumba para sepultarla en Baltimore, en cuya lapida se escribe el epitafio que ella misma había pedido, “Perdonen por el polvo”.

    Es a finales de la década de los setenta cuando se comienza a reconocer el aporte tan importante que hizo a la literatura por su visión audaz y realista de una sociedad centrada en las simulaciones, llena de vicios y aferrada a los prejuicios raciales. Su obra en español ha sido poco difundida, parte de ella se encuentra en las antologías Narrativa completa; Colgando de un hilo y Poemas perdidos. ¿Buscas una lectura irreverente, acida, que cuestiona las llamadas buenas costumbres y los roles de género? Encontrarás todo ello en su trabajo literario.

 


Fuentes consultadas

https://elpais.com/diario/2003/03/15/babelia/1047689414_850215.html. 

https://lecturassumergidas.com/2016/01/29/dorothy-parker-una-rebelde-dama-neoyorquina/

https://elpais.com/elpais/2016/03/17/eps/1458236661_057362.html


jueves, 28 de abril de 2022

Wallada

 

“Yo ¡por Dios! merezco la grandeza” es una frase que eterniza Wallada bint al-Mustakfi, poeta y princesa Al andalus (actual Córdoba), nacida en el año 994 en el seno de la familia del undécimo califa Muhámmad III y Amin’an, una esclava cristiana. Desde pequeña mostró interés por el aprendizaje y pasión por las letras, es uno de los pocos casos de poetisa en un contexto cultural dominado por los hombres. Su educación fue amplia a pesar de las intrigas del palacio y apoyada por su posición social. Su padre muere cuando ella cumple los 17 años, sin descendencia masculina es Wallada quien hereda y sale de la realeza, el status de su madre determina esta situación. Entonces se mantiene soltera e independiente de toda tutela masculina, dicha forma de vida le trajo duras críticas ya que en ese momento histórico no era bien visto que una mujer se relacionara con hombres que no fueran de su círculo familiar, normas culturales establecidas a las que se suma el control del esposo, vivir de otra forma era un agravio a la virtud.

     Con el dinero de la herencia compra un Palacio y monta un salón literario en el cual se hacen tertulias, se conversa de letras y poesía, ofrece instrucción a las hijas de familia e incluso a las hijas de esclavas, muestra un continuo apoyo a la mujer, a pesar de las críticas. En dicho espacio literario acuden importantes intelectuales de la época con ellos debatía con total libertad, seguro por eso su fama de mujer culta y sabia, pero ante ciertos sectores fue escandalosa su conducta. 

     Pero volvamos a la frase con la cual comencé a hablarles sobre ella: “Yo ¡por Dios! merezco la grandeza” es parte de uno de sus poemas de resentimiento en contra de un amante escritor que le es infiel con una esclava, y del cual escribe entorno al amor que sentía, pero también sobre el desamor y el despecho, esta tremenda frase es una orgullosa reacción ante el hombre que la engaña. Sobre él, cuenta la leyenda que buscó por años el perdón de Wallada sin lograr acercarse nuevamente a ella. Sin embargo, esta frase también se ajusta a las razones por las cuales fue digna de grandeza, a pesar de ser hija de una esclava, a pesar de ser soltera, a pesar de romper en cada tramo del camino el molde establecido y aplicar ideas revolucionarias, por estas y más razones alcanzó la grandeza. La mayor parte de su obra es inédita, en las fuentes árabes sólo se conservan ocho poemas cortos, que son claramente sátiras en torno al amor, el desamor y lo que sigue, que debe ser el odio. Los últimos años de su vida vivió bajo la protección del poeta Ibn Hazm, su eterno enamorado quien la cuidó hasta el final. Fallece con más de 80 años el 26 de marzo, la poetisa que bordaba en la ropa que vestía sus propios versos:

Yo ¡Por Dios! merezco la grandeza

Y sigo orgullosa mi camino.[1]

 Muere el mismo día de la caída de Córdoba en manos de los almorávides, linaje contrario al de su padre. En el año 2000 fue publicada por primera vez su biografía llamada La última luna. 

 


jueves, 14 de abril de 2022

Marvel Moreno

 

La escritora Marvel Luz Moreno Abello nace en Barranquilla, Colombia el 23 de septiembre de 1939, como parte de la alta sociedad barranquillera de esa época, fue la primera mujer en la facultad de Economía de la Universidad del Atlántico; esposa de un periodista escritor que tenía relación con todos los artistas e intelectuales del momento. Llega a París en 1969 sin estudios terminados, mantiene su participación en el mundo de las letras en la revista Libre, se le considera tan importante como Gabriel García Márquez, actualmente se impulsa su reconocimiento como escritora colombiana, visionaria y a contracorriente, poco se ha estudiado su obra y la influencia que deja en la literatura femenina.

     Su paso por la literatura es como el de una escritora maldita, o fue su preferencia estar al margen, tuvo relación con los artistas del Grupo de Barranquilla, publicó durante el Boom Latinoamericano y además el post Boom, pese a ello no es mencionada en ninguno de estos nichos. Su primer cuento publicado es “El muñeco” año 1971 en la revista Eco. En 1975 publica su segundo cuento, “Oriane, tía Oriane”; en 1976 participa en una antología con el cuento “La sala del niño Jesús”.

    Su siguiente publicación fue en 1980 con un libro de cuentos Algo tan feo en la vida de una señora bien. Sin haberse reconocido como feminista es una digna representante de ese movimiento que busca dignificar la participación de la mujer desde la literatura, en este caso, su primera novela, En diciembre llegaban las brisas se publica en 1987, fue ganadora del premio Grinzane Cavour que otorga la región italiana de Piamonte al mejor libro extranjero, así mismo finalista del Premio Literario Internacional Plaza y Janés.

     En 1992, su segundo libro de cuentos El encuentro y otros relatos, donde está incluido el cuento Barlovento. Y un año antes de su partida publica Las fiebres del Miramar en 1994. Sus obras póstumas son publicadas una en 2001 la recopilación en el libro llamado Cuentos completos, seleccionados por editorial Norma y cuatro años después sale a la luz su última novela guardada por sus familiares 25 años, sólo puede justificarse tal tardanza si se reconocieron elementos autobiográficos, a pesar de la tardanza es posible ver la presencia de algunas personas que formaron parte de su vida. La novela El tiempo de las amazonas mantiene el estilo y la búsqueda iniciada años atrás

      Su visión filosófica de la vida y su firme presencia detallada a la mujer que siente, que piensa, que expone el mundo como la protagonista que es, capaz de exponer el machismo, la homofobia, la sexualidad, la violencia de género de esa sociedad en la que creció. Sobre En diciembre llegaban las brisas tal novela tuvo una segunda edición treinta años después, en ella se narran tres historias, las protagonistas recorren los motivos y las consecuencias de los comportamientos masculinos que son el reflejo de una sociedad patriarcal todavía vigente.  

     El trabajo que realizó teje historias representadas por mujeres protagonistas, valientes y dispuestas a ir en busca de la libertad, Luz Mery Giraldo asegura: “El proceso narrativo muestra en la mayoría de los relatos una metamorfosis del rol femenino, ya que la mujer asume su identidad, ha cumplido un proceso, acepta su historia y se desempeña según las leyes y el dinamismo del mundo contemporáneo. De sujeto de búsqueda, indagación y crisis, pasa a sujeto de desencanto que acepta su pasado, la identidad de su cultura y las contradicciones de la realidad”.[1]    

    Como se enuncia anteriormente el contexto en el cual crece la escritora le da forma a su participación en un ámbito todavía cerrado a la participación femenina, ello es vital para comprender la relación primordial entre la artista y su obra, la enunciación y el género, cuya actitud determina la recepción de su trabajo, por lo regular narrado en tercera persona, acudiendo a este apoyo para hacer presente la voz universal en el arte, aunque apegada a lo feminista de forma más profunda y analítica. En una entrevista expresa que el territorio del arte debería ser neutro, así lo dice; “Comparto la opinión de Juan Goytisolo y de Virginia Woolf, el buen escritor es andrógino”[2] Sin embargo, los elementos de su obra si plantean historias en donde la mujer se apodera del escenario y transgrede las imposiciones de la cultura y experimenta un rompimiento con el deber ser, derribando así los roles asignados.

       ¿Si la obra que crea es tan importante y visionaria porque no tiene el reconocimiento qué se merece? Sus amigos más importantes y quienes fueron asignados como sus albaceas aclaran esta duda con un resumen muy conciso: “Desconocida por el gran público, ignorada por los medios de comunicación, tergiversada por los editores, enviada y censurada por la cultura oficial y de régimen, objeto de altanero esnobismo incluso de sus compatriotas famosos, hostilizada por la familia, aislada por la enfermedad, asediada por la pobreza, con todos estos, para nada pocos obstáculos, suscita estupor que haya logrado publicar tres libros en vida”[3]. Sin duda, creadora superior abatida por la desgracia y la enfermedad, muere el 5 de junio de 1995, a los 55 años víctima de lupus en el París en donde se exilió, publicó, y creció como escritora por más de veinte años.





[1] Luz Mery Giraldo B.  Los relatos de Marvel Moreno: Mirar, narrar, despedir el Edén, Universidad Javeriana, Bogotá.

[2] Mercedes Ortega Gonzalez-Rubio, Cartografía de lo femenino en la obra de Marvel Moreno, Universidad del Norte Editorial, Barranquilla, 2019, 352.

[3] Daniel Pardo, “La insólita historia de Marvel Moreno, la escritora colombiana "tan importante como García Márquez" cuya obra fue desconocida durante años” BBC MUNDO, 1 de febrero 2020, https://www.bbc.com/mundo/noticias-51243682 

domingo, 20 de febrero de 2022

Josefina Vicens

 





¿Cuántos libros debe publicar una escritora para ser reconocida? ¿Cuánta carrera intelectual se debe cumplir para alcanzar los requisitos de ser considerada artista de las letras? Claro que son preguntas retóricas porque el trabajo de las mujeres creadoras toma rumbos siempre marcados por su condición existencial, en este caso Josefina Vicens es un brillante ejemplo de una ruta alterna para llegar a la literaria. Ella fue escritora, guionista, crítica de cine, cronista taurina, periodista mexicana nacida en Tabasco el 23 de noviembre de 1911, su madre mexicana, su padre español y la necesidad de integrarse al mercado laboral para ayudar con la familia la hacen concluir una carrera comercial, así que su ocupación literaria fue hecha de forma autodidacta. Casada con un amigo homosexual, como parte de una muy buena fachada para ambos que tenían preferencias sexuales diferentes a la mayoría.

     Los años laborales la llevan a emplearse como secretaria en las oficinas de Transportes México-Puebla, para luego integrarse con el mismo puesto en el Departamento Agrario cuya estancia la hace entrar en contacto con el sitio donde trabajaría posteriormente, la Confederación Nacional Campesina, en ella ejerce el cargo de Secretaria de Acción Femenil que dio lugar a las ligas femeninas y desde esa tribuna comenzó a impulsar la igualdad de condiciones en el ámbito laboral, por esta ruta es como llega a la Academia Mexicana de Artes y Ciencias, ya como una reconocida guionista y después con un puesto en la Sociedad Nacional de Escritores de México, para el cual se sumó su experiencia en el periodismo como es notorio su desempeño laboral no comienza en el área literaria, sin embargo, parte de su trabajo en cada uno de sus empleos fue escribir y analizar. En su basta trayectoria emplea seudónimos masculinos para publicar crónicas taurinas bajo el nombre de Pepe Faroles; luego los artículos sobre política los firma como José García y los temas sobre feminismo se los deja a Diógenes García, como jugando con su identidad la peque, como le llamaban, recurre a muchos nombres para registrar su ingreso al trabajo, un día era Cleopatra, otro Ana Karenina y por medio de este uso del lenguaje busca sacar de las necesidades laborales el registro de los nombres en la entrada al trabajo.

     Con su particular estilo desarrolla temas que le importan y en el contexto literario centra su atención en la identidad, tal vez para desentrañar una parte de ella misma. Su estilo no cabe en ninguna corriente literaria del siglo XX.  Sus dos únicas novelas están separadas por 24 años la primera fue El libro vacío (1958) por la cual recibe el premio Xavier Villaurrutia ese mismo año de la publicación, en este trabajo el personaje principal hace un recorrido por sus vivencias para liberar la frustración que lo habita debido a su obsesión por la escritura, y haciendo un repaso de sí mismo el protagonista dice:

Recuerdo, por ejemplo, mi decisión de ser marino. Nada en el mundo me hará cambiar de idea -pensaba yo entonces-. (…) Mi padre, en cambio, pronunció un dramático discurso del que sólo pude entender que yo era el único hijo hombre, la esperanza de su vejez y el protector de mis hermanas. Recuerdo que a medida que mi padre hablaba me invadía una especie de asfixia: por lo que sentí el horror de estar encarcelado, condenado sin remedio[1]

     Se trata de una novela que acumula los deberes de los hombres, pero también de las mujeres y los desarrolla en una brillante muestra de identidades presentes en los años 50 dentro de la sociedad mexicana. Sobre Los años falsos (1982) la muerte es un tema presente, como un hilo conductor apoyado de la soledad, la lucha de géneros y, sobre todo, la imposibilidad de alcanzarse a sí mismo, otra gran escritora opina sobre esta obra: “Desentraña la artificialidad de la realidad. Habla de cómo nos hacemos en la infancia, de cómo suena el lenguaje y se leen los gestos de los demás a los ocho, diez, doce años. De como nos enseñan a querer, a entender, pese a que dentro de nosotros hay una sabiduría que se va viendo maniatada, asfixiada. De como la vida, que sabemos maravillosa, con una fresca naturalidad, se convierte en una barroca mediocridad”[2]

    Así que, de vuelta a las preguntas iniciales, las respuestas son muy amplias, pero básicamente el número de publicaciones no hace imprescindible la obra de una escritora y tampoco la carrera con la cual decide conseguir recursos para cubrir sus necesidades, lo importante para que una escritora se distinga siempre será la búsqueda de una perspectiva que permita plantear un tema mucha veces utilizado, pero desarrollado de forma fenomenal y sorprendente, tal cual lo hizo Josefina Vicens, quien fallece en la ciudad de México el 22 de noviembre de 1988.








[1] Josefina Vicens, El Libro vacío, Fondo de Cultura Económica, México, 1999, p.73.

[2] María Luisa Puga, “El hecho brutal en la escritura de Josefina Vicens” Hojas Sueltas, revista trimestral, México, 1984. Núm.14,


Han Kang

  Escritora surcoreana nacida el 27 de noviembre de 1970 en el seno de una familia de formación literaria, desde su padre novelista, hasta s...